La larga cadena de desencuentros entre México y Estados Unidos a cuenta del tráfico de drogas y armas ha sumado un nuevo eslabón este sábado, por el anuncio de la NBA de que, a partir del año que viene, los jugadores podrán fumar marihuana sin miedo a sanciones. Al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le ha parecido el ejemplo perfecto de lo que no funciona al otro lado de la frontera. En un par de mensajes publicados en su cuenta de Twitter, ha criticado la medida de la liga: “[No] fortalecen valores morales, culturales y espirituales; tampoco limitan el consumo de drogas, por el contrario, lo fomentan hasta en el deporte. Es penoso y decadente”.
López Obrador ha añadido: “Amenazan con invadir, venden armas de alto poder en sus tianguis, no hacen nada por sus jóvenes, padecen —lamentablemente— de la terrible y mortal pandemia del fentanilo, pero no atienden las causas. No les preocupa el bienestar, solo el dinero”. En un segundo tuit, el mandatario ha enlazado una nota sobre el anuncio de la NBA y ha dicho: “Es contradictorio e hipócrita”.
Amenazan con invadir, venden armas de alto poder en sus tianguis, no hacen nada por sus jóvenes, padecen —lamentablemente— de la terrible y mortal pandemia del fentanilo, pero no atienden las causas. No les preocupa el bienestar, sólo el dinero, ni fortalecen valores morales,…
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) April 1, 2023
La crítica del mandatario llega después de semanas de mensajes cruzados, siempre con los carteles, el fentanilo y el flujo de armas norte sur de por medio. No es que sea un debate nuevo, pero el reciente secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros, en la frontera de Tamaulipas con Texas, y el asesinato de dos de ellos, lo ha reavivado. Congresistas del Partido Republicano han impulsado la idea de calificar a los grupos de narcotraficantes mexicanos como organizaciones terroristas. Integrantes del ala dura del partido han pedido incluso que el Ejército intervenga militarmente en México.
No ha sido una cosa únicamente del Partido Republicano. El Secretario de Estado, Anthony Blinken, parte del Gobierno del demócrata Joe Biden, ha participado del debate, a su pesar. En una comparecencia ante el Senado hace semana y media, legisladores preguntaron al alto funcionario sobre la situación en México. Lindsey Graham, parte del ala dura del Partido Republicano, alcanzó a arrancarle dos declaraciones polémicas al secretario. La primera fue que hay partes del territorio mexicano a los que el Estado no llega y están bajo el control del crimen organizado. La segunda fue que consideraría la propuesta de los republicanos de nombrar a los carteles como grupos terroristas, lo que daría facultades a Biden para lanzar operaciones militares al sur de la frontera.
Hace semana y media, después de escuchar a Blinken, López Obrador trató de bajar la tensión con el país vecino. “En naciones libres, independientes y soberanas hay debate y puede haber diferencias”, dijo. Sobre Blinken, añadió que “es una buena persona, pero él tiene que hacer su trabajo y yo debo cumplir con mi responsabilidad”. Este último episodio llega a las puertas de las vacaciones de Semana Santa. De momento, nadie al norte del río Bravo le ha contestado.
Suscríbase aquí a la newsletter y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país