Lunin, la excepción de los cedidos del Madrid


La política de cesiones por la que el Madrid apostó hace unos años le está dando buenos resultados al club blanco, tal y como ha quedado demostrado en los casos recientes de Achraf Hakimi, Martin Odegaard o Takefusa Kubo. Antes, la fórmula ya había funcionado a las mil maravillas con futbolistas de la talla de Carvajal (Bayer Leverkusen), Asensio (Espanyol) o Casemiro (Porto), curtidos lejos del Bernabéu y hoy piezas capitales del equipo.



El lateral diestro cumple su segunda temporada en el Borussia Dortmund consagrado como uno de los laterales diestros con mayor proyección del continente y el club blanco lo repescará el curso que viene para que le compita la titularidad al ‘intocable’ Dani Carvajal.

Martin Odegaard, por su parte, ha explotado en Donosti y se ha convertido en la gran revelación de LaLiga en la Real Sociedad de Imanol Alguacil tras su irregular paso por la Eredivise, donde pasó de puntillas tanto por el Heerenveen como por el Vitesse.

Mientras tanto, Takefusa Kubo, fichado el pasado verano, se está fogueando poco a poco en el Mallorca, donde ya se ha hecho con un hueco en el once titular de Vicente Moreno tras empezar la temporada siendo un asiduo del banquillo bermellón.

Cesiones infructuosas

Sin embargo, hay una excepción que no está dando los resultados esperados. Se trata del guardameta Andriy Lunin, de 20 años. Fichado en verano de 2018 del Zorya Luhansk a cambio de unos 8 millones de euros, el ucranio llegó al Bernabéu como uno de los porteros más prometedores del panorama continental pero el overbooking en la meta del Madrid, con Navas y Courtois cerrándole cualquier opción de tener minutos, obligó al club blanco a buscarle una salida en forma de cesión.

La preferencia tanto del jugador como de la entidad fue recalar en un equipo de Primera División que le garantizase los minutos necesarios para ir cogiendo experiencia en el más alto nivel. Su primer destino fue el Leganés de Mauricio Pellegrino, pero desde muy pronto pareció claro que el entrenador argentino le iba a dar las llaves de la portería a un jugador experimentado como el Pichu Cuéllar.

Así las cosas, Lunin finalizó la temporada con un triste bagaje de 7 partidos disputados. En verano regresó al Bernabéu en un viaje de ida y vuelta y con Valladolid como nuevo destino. Las buenas relaciones entre Florentino y el presidente del Pucela, Ronaldo, hicieron presagiar un horizonte más halagüeño para el ucranio. Pero de nuevo Lunin se encontró con un entrenador, Sergio González, con sus preferencias muy claras: la portería, para Jordi Masip.

En el Valladolid únicamente ha disputado los dos partidos de Copa (fue decisivo contra el Marbella en la tanda de penaltis) y su falta de oportunidades ha colmado la paciencia del Madrid, que lo ha repescado para cederlo de nuevo hasta el 30 de junio al Oviedo, de LaLiga Smartbank. El conjunto asturiano, con graves problemas defensivos, ocupa la decimoséptima posición y aspira a remontar el vuelo en la segunda vuelta.

Tras 9 partidos disputados en temporada y media, Lunin busca una tercera oportunidad en el Oviedo de Javi Rozada. ¿Será la vencida?


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