Madrid habilita un segundo instituto en la capital para evitar las aglomeraciones en los test de la vuelta al cole


La vuelta al cole del curso del coronavirus arrancó este miércoles con una caótica jornada en la que miles de profesores y personal no docente de las escuelas infantiles, colegios e institutos de la Comunidad de Madrid fueron citados para realizarse pruebas serológicas. El operativo, externalizado a la empresa Ribera Salud por un importe que el Ejecutivo regional no desveló ayer, provocó colas kilométricas en el instituto Virgen de la Paloma, elegido para concentrar los test de la zona centro, hasta que se suspendieron y reorganizaron las últimas citas del día “por saturación”. Nada resume mejor el enorme reto que supone volver a las clases en una región que vuelve a sufrir la pandemia (1.104 contagiados notificados ayer) y que tiene 1,2 millones de alumnos no universitarios y casi 100.000 profesores.

Dos mensajes fotografiaron el desconcierto en la organización de los test —de los que ayer se hicieron más de 16.000 de los 100.000 previstos hasta el día 7— y alimentaron las quejas de la oposición y de los sindicatos.

He visto algunas colas puntuales, en uno de los seis centros, y me transmiten desde la Consejería de Educación que se está estudiando qué ha sucedido

Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad

El primero se sigue recibiendo en los institutos el martes por la noche, solo unas horas antes de que arranque el operativo. “En relación con lo anunciado el pasado 25 de agosto por la presidenta de la Comunidad, se realizarán con carácter voluntario estudios serológicos (test de anticuerpos) al personal docente y de administración y servicios de los centros educativos públicos, y que se complementarían con un PCR en los casos con resultados positivos, el lugar donde los interesados deberán acudir, respetando el día y la hora asignada, será…”, se lee.

El segundo se envía ya el miércoles a media mañana, cuando el caos en el Virgen de la Paloma ocupa la portada de las webs de los principales medios.

“Por saturación en la gestión de las pruebas, se suspende la convocatoria de hoy y se recibirá comunicación para el viernes”, reza el mensaje, enviado antes de que la Consejería de Educación aclare que se habilitará los días necesarios —incluido el sábado— para que todos los implicados lleguen al inicio de curso —escalonado entre el 4 y el 28 de septiembre— con la prueba hecha.

Si creemos que las escuelas son colectivos de alto riesgo, debería de testarse niños y profesores periódicamente

Alberto García-Basteiro, epidemiólogo

Porque el tiempo aprieta. Díaz Ayuso se comprometió el 25 de agosto a realizar más de 100.000 test anticuerpos al personal docente y no docente. Esa apuesta, que será prolongada por un estudio serológico de más de 42.000 pruebas a 13.000 alumnos y 1.500 profesores en tres momentos —septiembre, diciembre y marzo—, exigía acortar los plazos a toda prisa. En consecuencia, decenas de sanitarios distribuidos entre mesas escolares de seis centros distintos se enfrentaron ayer a cientos de citas para extraer sangre cada media hora. La necesidad de movilizar tantos recursos humanos para cumplir con el calendario previsto fue la razón con la que explicó ayer el Gobierno que la empresa Ribera Salud se hiciera cargo de las pruebas.

Coste millonario

”Era la única empresa que se comprometía a tener los 100.000 test realizados antes de que comenzara el curso”, aseguró Ignacio Aguado, el portavoz del Gobierno y vicepresidente regional. “No tenemos ningún tipo de problema en contratar servicios con empresas privadas”, siguió. “Este gobierno ha dejado atrás los complejos y falsas dicotomías entre público y privado, apostamos por lo que da el mejor servicio a los ciudadanos”, añadió. Y remató: “He visto algunas colas puntuales, en uno de los seis centros, y me transmiten desde la Consejería de Educación que se está estudiando qué ha sucedido para que en los próximos días no se repita. Estoy convencido de que se puede resolver”.

Enrique Ossorio, el consejero de Educación, lo justificó así: “Se han reorganizado las citaciones de algunas personas que estaban citadas a última hora de la mañana porque han ido más de las previstas”.

¿Cuánto costará la privatización del servicio, que asume Ribera Salud, con la excepción de los 1.327 trabajadores de las escuelas infantiles, que quedan en manos de Cruz Roja? La Comunidad de Madrid no respondió este miércoles a la pregunta. Aguado dijo desconocer la cifra, y apuntó que dependerá del número de test que se realicen finalmente, al ser voluntarios.

Una estimación en función de los precios de mercado apunta a que el acuerdo supondrá un gasto superior al millón de euros. Así, Ribera Salud viene cobrando 17 euros por cada test serológico que hace en aplicación de otros contratos con Madrid, cifra que se dispararía a 1,7 millones si se aplicara a las 100.000 pruebas que hará ahora. A eso, además, hay que añadirle las PCRs que se le harán al personal que dé positivo —por cada una suele cobrar 56 euros—, y los equipos sanitarios encargados de llevarlas a cabo.

“No se ha hecho con la sanidad pública para no colapsar el sistema, pero los test de anticuerpos sí son los de la Consejería de Sanidad y son los mismos para todos los docentes”, explicó un portavoz de Educación, consejería que optó por acudir a la modalidad de contrato de emergencia para tramitarlo todo a toda prisa.

“Cada día es más grave la irresponsabilidad del Gobierno de la Comunidad y del consejero”, lamentó Marta Bernardo, del PSOE. “Tenemos cinco centros educativos con largas colas de miles de docentes esperando, agolpados y sin ningún tipo de medida”, criticó. “¿A quién se le ocurre aglutinar a miles de personas a la misma hora y en el mismo espacio?”, se preguntó. “Fueron convocados mandando un listado a los docentes con nombres y datos del resto de compañeros, datos protegidos que están circulando por todas las redes sociales”.

“Este es el resultado de un Gobierno que improvisa más que gobierna”, opinó Pablo Gómez Perpinyà, de Más Madrid, que ha pedido al Gobierno regional que retrase diez días el comienzo del curso, tras considerar que a falta de unas jornadas para la vuelta a las aulas hay “un caos importante” porque “no parece” que se vayan a cumplir las promesas que el Ejecutivo de Ayuso hizo la semana pasada.

“Las aglomeraciones que han generado desde el Gobierno de Ayuso con las colas para las pruebas, poniendo en riesgo a los profesionales de la educación pública e infancia, son intolerables”, criticó Isabel Serra, de Unidas Podemos.

Los profesores fueron citados en el Instituto de Formación Integral en Seguridad y Emergencias; el Centro Territorial de Innovación y Formación de San Sebastián de los Reyes; y los institutos María Zambrano, Antonio Machado, Diego Velázquez y Virgen de La Paloma. Allí se seguirán haciendo las pruebas hasta el lunes 7 de septiembre, con el añadido del Ramiro de Maeztu para evitar una nueva masificación en la zona centro.

Críticas a los test

Pero las colas en el Virgen de La Paloma, donde este miércoles se hicieron casi 9.000 pruebas, más del 50% del total, no fueron el único motivo de crítica para los sindicatos, que también mostraron su desacuerdo con el tipo de test elegido.

“Detecta si hubo un contagio previo, pero no es nada fiable si el contagio se está produciendo en ese momento”, dijo Teresa Jusdado, de UGT, sobre los test rápidos de anticuerpos empleados, que permiten conocer el resultado en 48 horas, y realizar una PCR en el caso de que sea positivo. “Esto es un postureo más de la Comunidad para anunciar que hacen miles de pruebas según el protocolo y que está cumpliendo el plan de regreso a los centros”. “Necesitamos que Sanidad refuerce su capacidad de hacer Test rápidos y de rastrear”, pidió Isabel Galvín, de CCOO.

El caos de las pruebas no ayudó a frenar la inquietud por un inicio de curso sin precedentes, con un calendario de vuelta a la presencialidad que estará en duda mientras la evolución de la epidemia siga siendo negativa. Tampoco calmaron las aguas las palabras de Isabel Díaz Ayuso en una entrevista en Es Radio. “A lo largo del curso es probable que prácticamente todos los niños, de una manera u otra”, se contagien, dijo, puntualizando que los colegios serán seguros, pero no impermeables a las infecciones que se puedan producir en otros encuentros sociales.


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