Michael Bloomberg entra en el debate televisado de las primarias de Nevada

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Michael Bloomberg durante un acto de campaña en Virginia el pasado sábado. En vídeo, análisis de la candidatura de Bloomberg. AP / VÍDEO: EPV
Partido nuevo en las primarias demócratas. Michael Bloomberg, el millonario neoyorquino que decidió presentarse a presidente cuando ya había otra veintena de candidatos, agitó el tablero de la campaña al clasificarse este martes in extremis para participar en el debate televisado de este miércoles en Las Vegas, Nevada. El debate se realiza cuatro días antes de las primarias de este Estado, el primero en el oeste del país, donde los candidatos deben medir su tirón con el electorado latino.
Bloomberg se ha clasificado después de quedar por encima del 10% requerido en una encuesta publicada este mismo martes. El exalcalde de Nueva York aparece como segundo en las preferencias a nivel nacional con un 19%, un resultado sorprendente para alguien que ni siquiera está compitiendo en las papeletas en los primeros cuatro estados de las primarias. El primero en la encuesta es el senador Bernie Sanders, con un 31%. Mientras, el exvicepresidente Joe Biden, que arrancó como favorito en esta campaña sobre la base de un discurso moderado, sigue retrocediendo en las encuestas. Biden quedó cuarto en Iowa y quinto en New Hampshire. Bloomberg parece estar recogiendo ese sector de votantes.
La presencia de Bloomberg en el debate (18.00 horas local, NBC) supone la primera oportunidad para hablar directamente a los demócratas en televisión, contestar preguntas y sobre todo ver cómo interactúa con los dos líderes en la carrera hasta ahora, el autoproclamado socialista Bernie Sanders y el alcalde moderado Pete Buttigieg. Después de una campaña construida en las redes sociales y engordada a toda velocidad a base de millones, los últimos días han servido de aperitivo sobre cómo puede ser ese debate.
Bloomberg ha gastado 300 millones de dólares de su propio dinero en montar una campaña de la nada. Sus anuncios inundan las televisiones y las redes. Hasta hace poco había sido ignorado por sus rivales, pero la posibilidad de encontrárselo en el debate de Las Vegas empezó a encender los ataques. “El señor Bloomberg tiene derecho a presentarse a presidente como todo el mundo, pero no tiene derecho a comprar la presidencia”, dijo el senador Bernie Sanders en un mitin en Richmond, cerca de San Francisco. Sanders ha construido su liderazgo en estas primarias a través de una red si precedentes de pequeñas donaciones de particulares por todo el país.
“Es una pena que Mike Bloomberg pueda comprar su sitio en el debate”, escribió en Twitter la senadora Elizabeth Warren, que lucha por mantener el tercer lugar en las primarias. “Pero al menos ahora los votantes de las primarias que tengan curiosidad sobre cómo se va a enfrentar cada candidato a Donald Trump podrán tener una demostración en directo de cómo nos enfrentamos a un ególatra milmillonario”.
Las acusaciones de comprar con dinero el sitio en los debates también se han extendido en estos meses al millonario californiano Tom Steyer, que gastó de su propio dinero para conseguir donaciones en todo el país que le clasificaran para los debates. Pero Steyer está muy lejos en las encuestas y Bloomberg supone una amenaza real en estos momentos.
Bloomberg ha diseñado una campaña fuera de las convenciones políticas norteamericanas. Decidió presentarse el último, cuando ya estaba claro el cartel. Ha decidido no hacer campaña en los cuatro estados que votan primero en las primarias: Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur. En lugar de eso, está concentrando sus esfuerzos en los estados grandes que votan el Supermartes (3 de marzo), donde un buen resultado podría darle un empujón en número de delegados suficiente para disputar la nominación.


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