Mikel Merino, el tapado de Imanol


La soberbia maniobra que permitió a la Real adelantarse en el marcador en el minuto 5 del partido contra el Getafe es fiel reflejo del momento de gran confianza en su juego que atraviesa Mikel
Merino (Iruñea, 1993) en su segundo año en la Real. Orientó con un control de pecho el saque de banda de Monreal de tal manera que pudo liberar el juego hacia el costado diestro, y empleó el tiempo que tardó Zaldua en conducir y conectar con Portu para llegar al área y cabecear en plancha a la red tras recorrer más de 40 metros. Su primer gol de la temporada estuvo a la altura del nivel de juego que está exhibiendo en este arranque en el que se está viendo al mejor Merino, propulsado por la confianza ciega en su juego que le demuestra Imanol.



Merino es, detrás del incombustible Oyarzabal, el segundo jugador de la plantilla que más partidos ha disputado en 2019 desde que el Día de Reyes el técnico de Orio se hiciera cargo del equipo en el Bernabéu. El eibarrés, brutal, ha jugado los 29 encuentros de Liga que Imanol lleva dirigidos este año, todos menos un como titular, pero no es exagerado afirmar que Merino es el lugarteniente más aventajado del capitán en las huestes de Alguacil. El centrocampista navarro ha participado en 27 de esos 29 partidos y si no jugó los otros dos fue porque estaba sancionado, ante el Rayo y el Valladolid en la segunda vuelta de la pasada campaña. La totalidad de esos 27 duelos, a excepción del de hace nueve días en el Sánchez Pizjuán, los jugó como titular, completando 16.

No es que con Asier
Garitano
Merino no tuviera peso específico, pero su inicio fue complicado, especialmente a raíz de la lesión que sufrió en septiembre de 2018 en un partido contra el Valencia, que le tuvo dos meses en el dique seco. Desde noviembre del año pasado, cuando reapareció frente al Celta en Anoeta, los dos únicos partidos de Liga que se ha perdido han sido los dos mencionados por sanción, y el que la Real jugó en Getafe (1-0), la única vez que estando disponible no ha llegado a tener minutos.

40 partidos oficiales

Falta algo más de un mes para que se cumpla un año desde que reapareció tras la lesión y empezó a disfrutar de una continuidad que le ha permitido llegar a su nivel de juego actual. Merino ha jugado 30 de los 33 últimos partidos de Liga de forma continuada, 27 como titular, y eso le ha otorgado la confianza necesaria para empezar a desplegar esas cualidades que llevaron al Borussia
Dortmund, primero, al Newcastle, después, y a la Real por último a invertir en él, pese a su juventud. En junio cumplió 23 años y ya ha movido casi 23 millones de euros en traspasos acumulando lo que los alemanes, los ingleses y el club guipuzcoano pagaron por él. La cláusula de rescisión de su contrato, que expira en 2023, durante sus tres primeros años es de 45 millones de euros y, a partir de julio de 2021, sube a 50 ‘kilos’.

Dotado de la elegancia y la finura técnica que se les atribuye a la mayoría de los zurdos, sus 186 centímetros le otorgan, asimismo, un poderío y una presencia inhabitual en centrocampistas de su perfil. Imanol
Alguacil, además, le ha dado la libertad necesaria para expresarse sobre el terreno de juego, lo que el navarro está aprovechando para jugar sus mejores partidos. En esa medular que el oriotarra plantea en tres alturas, su posicionamiento intermedio (con Zubeldia, Illarramendi o Guevara por detrás y Odegaard un poco más adelantado) le confiere un peso capital en el juego del equipo. Es una de las piezas clave en el engranaje para trasladar el balón desde el inicio del juego hacia el último tercio de campo, al que no tiene ningún tipo de prohibiciones para incorporarse, como demostró frente al Getafe.

Merino jugó contra los madrileño su partido 40 con la Real, 37 en Liga y 3 en Copa, en los que ha marcado cinco goles. La pasada campaña hizo tres en Liga y el pasado domingo anotó el primero de la actual campaña. Es en el capítulo goleador donde más margen de mejora puede tener, ya que atesora todas las condiciones para, como gran llegador, terminar cada temporada con una buena cifra de tantos.


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