Ni churras ni merinas

Son malos tiempos para el totum revolutum. Ya sabemos de sobra que no es que el Athletic pueda presumir precisamente de cómo despide a algunos de sus trabajadores. Ejemplos nos sobran y con diferentes rectores rojiblancos. Pero de ahí a mezclar churras con merinas va un largo trecho que tiene que ver con el respeto profesional y la dignidad personal.

Ése es el camino que unos cuantos decidieron traspasar con

Iago Herrerín
y lo han mantenido durante años llegando al insulto y la descalificación incluso por la calle. El calvario, muchas veces en solitario, que ha debido pasar el portero no debiera ser comparable a la situación de otros compañeros de vestuario por mucha incertidumbre laboral y mucha gestión discutible de los tiempos por parte de la dirección deportiva.

Nada tienen que ver los casos de profesionales que terminan contrato y ya no entran en los planes del club o del cuerpo técnico, con el de un deportista que lleva tiempo denunciando el acoso y la sinrazón de indeseables anónimos.

No es que el Athletic pueda presumir precisamente de cómo despide a algunos de sus trabajadores

Es el mismo Iago que se marchó a Leganés cuando algún gallo se negó a aceptar su nuevo rol con
Ernesto Valverde
, el mismo que sólo pidió minutos porque quería jugar, el mismo que lleva demasiado tiempo denunciando un bulling lamentable.

El apoyo y la condena debieran ser unánimes por encima de filias y fobias. Menos topicazos y más intransigencia con estos temas. Ni I
ago ni nadie se lo merecen.


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