Nike saca una versión de sus míticas Air Max 90 que se controlan con el móvil

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Si alguien me hubiese preguntado hace tres décadas sobre el futuro le habría dicho que iría a trabajar en un coche volador, disfrutaría las vacaciones en otros planetas y mis zapatillas se abrocharían solas. Bien, pues el metro no es tan rápido como el Spinner volador que aparece en Blade Runner y la costa de Levante está lejos de parecer Saturno, pero mis Nike Adapt Auto Max sí que se abrochan solas.
En 2016 se reeditaron las famosas Nike Mag que Michael J. Fox calzaba en Regreso al futuro 2. Con su lanzamiento ayudaron a recaudar fondos para la fundación de lucha contra el párkinson del mismo actor. Hoy son una joya de coleccionista que se vende por la friolera de 30.000 euros. Desde entonces, la compañía de Oregón ha usado el sistema de cordones automáticos Adapt en diferentes modelos como Huarache o Adapt BB, estas últimas especialmente diseñadas para jugar al baloncesto y que profesionales como el esloveno Luka Dončić ya han probado, durante poco tiempo por cierto, en la cancha de juego.
Las Air Max 90 cumplen su trigésimo cumpleaños. Es el momento perfecto para que se unan a la familia Adapt, de modo que los fans de este icónico modelo podamos controlar con un solo botón el grado de sujeción de nuestras zapatillas, adaptándolo además a lo largo del día, por ejemplo aflojando cuando vamos a estar un tiempo sentados.
Todo desde el móvil
El smartphone domina nuestra vida, ya lo hacemos absolutamente todo desde nuestro pequeño compañero. Incluso en tiempos de confinamiento hemos aprendido a querernos a través de su pantalla. Controlar nuestro calzado no iba a ser menos: Nike pone a nuestra disposición una app muy intuitiva en la que podremos desde cambiar el color de las luces (se encienden cuando se abrochan o desabrochan) hasta generar un modo de ajuste predeterminado para poder regresar a él en cualquier momento.
El primer paso es enlazar ambos gadgets por Bluetooth, lo que resulta bastante fácil de hacer. Tan solo debemos acercar el teléfono a los botones de control de la zapatilla para enlazarlas con nuestra app. Completada esta operación, podremos controlarlas incluso cuando nuestro móvil esté conectado a otro dispositivo por Bluetooth, lo que es bastante útil si quiero poner un modo conducción con una lazada más segura cuando subo al coche y a la vez escuchar Spotify o usar el manos libres.
También podremos crear atajos de voz para Siri si usamos iPhone. “Aflojar mis zapatillas” o “Cambiar mis luces” son algunos de los predeterminados, pero podremos crear hasta cinco diferentes para controlar las distintas funcionalidades de la app, como comprobar el nivel de batería que todavía tenemos. Si se agotase mientras usamos las zapatillas, por cierto, se desabrocharían solas.
Si somos dueños de un Apple Watch nos sentiremos como Michael Knight en El coche fantástico. “¡KITT, abrocha mis zapatillas!”. El futuro no es lo que imaginábamos, pero hay que reconocer que siempre quisimos controlar algo desde nuestra muñeca.
Cordones que suenan
Dice Michael Donaghu, director global de Innovación de la marca, que hay un invento más antiguo que las pirámides o el Stonehenge: los cordones. Desde su invención sobre el año 3500 AC no han sufrido apenas evolución. Si pensamos en cuántas tecnologías han surgido, sufrido cambios o incluso desaparecido desde entonces es difícil imaginar cómo hemos llegado hasta aquí sin un siste- ma que no nos obligue a agacharnos cada día al ponernos nuestro calzado.
El sistema Adapt no usa cordones propiamente dichos, sino unos hilos tensores sujetos a la lengüeta que se ajustan suavemente a nuestro pie cuando pulsamos abrochar. Con un motor que intuimos está escondido en la suela —de ahí la gran altura de esta—, notamos las sujeción casi instantáneamente. Una vez se pone en marcha el mecanismo, nuestras zapatillas suenan como si estuviésemos a punto de despegar. Quizás el futuro pase por hacer un sistema silencioso y el motor más pequeño. Reducir su precio de 400€ también ayudaría. En cuanto a las ventajas, son obvias. Ahora corro el peligro de no querer usar otra cosa.

Cómo funciona

Calzado inteligente. Por el momento tan solo es un sistema automático de abrochado. Nike pretende aprender sobre cómo usamos el producto. Podemos contribuir a ello si damos permiso en la app para que recoja datos. Su inteción al usar las estadísticas del motor y los datos sobre el diagnóstico es seguir mejorando el rendimiento del sistema Adapt y quién sabe si desarrollar en el futuro nuevas funcionalidades.
App. Con un sencillo interfaz encontramos las letras L y R, que podemos deslizar hacia arriba o abajo para abrochar independientemente nuestras zapatillas izquierda y derecha. También podemos elegir entre trece colores diferentes para los botones de abrochado manual. Comprobar la batería o cambiar entre modos preestablecidos son otras de las funciones disponibles.
Cargando. Dependiendo de la frecuencia de uso, la batería de las zapatillas debe durar entre 14 y 20 días. Podemos conocer en todo momento su estado pulsando rápidamente los dos botones al mismo tiempo. El color nos indicará el porcentaje de carga. El tiempo estimado de una carga completa es de aproximadamente cuatro horas y se realiza dejando nuestras zapatillas sobre la base de carga que enchufamos a la red eléctrica.
Conclusión. El sistema Adapt es algo que siempre había querido probar. A pesar de que Siri no se lleva del todo bien con los atajos de voz que he creado en mi teléfono, estoy enganchado desde el primer minuto a estas zapatillas: su uso es muy cómodo e intuitivo y la sujeción se adapta perfectamente a nuestro gusto, aunque la suela es un poco dura y su precio es todavía muy elevado para la funcionalidad que ofrece. Por favor, que alguien invente ya el hoverboard que usaba Marty McFly.


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