Orellana, una eterna amenaza

El radar que los analistas de los adversarios de la Real utilizan cada semana para diseccionar los rivales a los que se enfrentan los txuri urdin cada jornada se habrá topado con una amenaza muy conocida a la hora de radiografiar las fortalezas del Valladolid, primer contrario del campeonato este domingo en Pucela. Fabián
Orellana, que en enero cumplirá 35 años, lleva más de una década en la liga española y, en este tiempo, se ha medido en todo tipo de condiciones a la Real, si bien esa ‘rivalidad’ se ha hecho más latente en las dos últimas campañas y media, en las que jugó en el Eibar. Este verano decidió fichar por el Valladolid, que le ofrecía extender su longeva carrera dos temporadas más, lo que le convierte en la primera gran amenaza de la Real esta temporada.

En un Valladolid que mantiene en gran medida el bloque y el entrenador que la pasada campaña les dio la salvación, Orellana apunta a ser esa fuente de inspiración en el último tercio de campo, ese toque de magia que les dé en Pucela la creatividad, el gol y el peligro que les ha podido faltar en las últimas campañas. Ése ha sido, sin duda, el rol que ha desempañado en el Eibar en las dos últimas campañas, en especial la pasada, en la que fue el jugador de campo que más minutos disputó, terminando como máximo goleador y asistente de la plantilla, con 8 goles y siete pases de gol. La temporada anterior también había sido el mejor pasador (5).

Queda claro, por tanto, lo que busca en Orellana un Valladolid que, por lo demás, ha acudido al mercado de forma puntual. Su maniobra más llamativa ha sido la de incorporar por cuatro millones de euros al pichichi de la liga austriaca, el israelí Shon
Weissman, además de reclutar en propiedad a dos defensas que ya estuvieron en Zorrilla la pasada temporada, Javi
Sánchez y Raúl
Carnero. Asimismo, ha llegado libre, procedente de Getafe, el central Bruno
González para terminar de apuntalar la zaga blanquivioleta.


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