Paciencia antes del retorno del efecto Miribilla

Contábamos los días para volver al Bilbao Arena. Fueron 198 largas jornadas en las que echábamos de menos el infierno de Miribilla y, por desgracia, lo seguiremos haciendo. Sin público nada es lo mismo. Se quiso escenificar este primer partido como local del mismo modo que el resto de los que hemos disfrutado en el Palacio de los Deportes, como le gustaba decir a nuestro ex alcalde Azkuna. Hubo DJ, Speaker, la presentación con el fundido a negro y mensaje de Álex Mumbrú a sus jugadores. Pero sin la marea negra no es lo mismo.

Txus Vidorreta le ganó la partida a Mumbrú, perro viejo el de Indautxu. Trampeó su quinteto y el catalán cayó en la trampa. Tenerife tiene un equipazo y además su puesta a punto está muy adelantada. Los canarios se juegan una pasta en la fase final de la Basketball Champions League en unos días y eso se nota, están como motos.

Quizá suene a excusa, pero debemos entender que los MIB necesitan ir acoplándose, se ha perdido a piezas básicas y los nuevos necesitan tiempo. Está claro que desde la derrota es más difícil. Sin el amparo de la marea negra aún más. Sin embargo, no queda otra. Volviendo al partido, tras tres cuartos absolutamente superados por el rival tan sólo se precisó del acierto en el triple de Jaylon Brown para colocarnos a 7…estoy convencido de que con 4 minutos por delante y Miribilla “on fire” la película hubiera cambiado, pero sin efecto, de momento, no hay victoria.


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