Pepe Martí viene de superar con nota el bachillerato y la selectividad pese a la dificultad de las materias elegidas, química, física y tecnología y pese a la complejidad añadida de tener que compaginar unos duros estudios con la gran exigencia que requiere su preparación como piloto. Está acostumbrado a superar exámenes. Y quizás en Silverstone tuvo que afrontar, de momento con nota, otra prueba más, esta vez en el asfalto y en su carrera como piloto.
Este sábado por la mañana, el piloto de Sabadell, de 18 años, estaba absolutamente centrado en brillar de nuevo en pista en la clasificación del GP de Gran Bretaña de F1. No pensaba en otra cosa. Sin embargo, según pudo saber MD, se sorprendió al recibir una llamada inesperada. Helmut Marko le quería ver antes de la ‘qualy’ de la cita británica del Mundial de Fórmula 3. La reunión no estaba programada. Fue improvisada. Llegaba antes de un momento de máxima tensión como una ‘qualy’, una charla con su futuro en juego. Todos en el paddock ya conocen a Helmut Marko. El asesor de Red Bull y máximo responsable del programa de jóvenes pilotos del equipo suele poner contra las cuerdas a sus pupilos para evaluarlos en momentos de máxima presión. ¿Era este uno de esos momentos?
La reunión fue más bien una charla rápida, de poco más de 5 minutos. Pero la clave estaba en el momento en la que se estaba realizando. Poco después, Pepe debía subirse a su F3 del equipo Campos para batallar por la pole en ‘qualy’, sin poder permitirse más errores después de un fin de semana complicado en Austria y después de que Helmut Marko le recordara su interés en él. Muchos hubieran temblado con el volante en las manos. Pepe, en cambio, cuando bajó la visera de su casco fue a por todas.
Cumplió a la perfección en pista. Como si su equipo le hubiera dicho que la estrategia era lanzar el último balón del partido a canasta, a Pepe le dijeron que debía desechar su vuelta buena, entrando a boxes, para jugársela al todo por el todo al final. nada de asegurar. Iban a arriesgar. Así, Pepe pasó del 13er lugar al 3º, a tres décimas de la pole en Silverstone, con un gran último parcial. Cuando más quemaba el volante, Pepe brilló. Solo unos instantes después de una charla importante para su futuro. Quizás superó una prueba de fuego clave. Quizás haya más. Y quizás, también, sin esta demostración, el interés de Red Bull podría haber reducido. No fue así.
Austria, un fin de semana muy complicado: asma y la muerte de un amigo
Pepe Martí ya dejó claro que la presión no puede con él tras ganar en Barcelona en la carrera del domingo tras lograr su primera pole. Después de aquello, fue visto por primera vez hablando con Helmut Marko en la terraza de Red Bull. Y según pudo saber MD, también Mercedes y Alpine preguntaron por el catalán. Debía seguir apretando en la siguiente cita, en Austria, pero ahí todo le fue en contra.
Pepe llegó al Red Bull Ring echo polvo, con un gran resfriado que le provocó asma. Así tuvo que pilotar. Pese a ello, lideró la carrera corta del sábado en agua hasta que se secó la pista, acabando 6º. Y el domingo ganó posiciones hasta la 9ª plaza. No obstante, Pepe no lo destacó tras la carrera y solo remarcó que debía pulir los errores cometidos. El martes llegó a casa destrozado. Físicamente. Pero sobre todo anímica, ya que el fin de semana pasado tuvo que recibir la triste noticia del fallecimiento de su amigo Dilano Van’t Hoff, con el que tantos momentos había compartido en su época en los karts.
Tras ello, ya recompuesto de tanto golpe, en Gran Bretaña sabía que no podía fallar. En plena lucha por el título y con muchos mirándole debía rendir al máximo. Su futuro está en juego. Rindió. Superó una prueba clave en clasificación. Ahora, saliendo 10º en parrilla invertida en una carrera que puede ser pasada por agua este sábado y arrancando 3º en la cita larga de este domingo, Martí quiere seguir llamando a la puerta de una gran academia.