Pompeo cancela de improviso su visita a Europa tras el malestar derivado del asalto al Capitolio


El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, canceló en el último segundo el viaje a Europa que tenía previsto realizar este miércoles, en el cual esperaba reunirse con Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, cuya sede se encuentra en Bruselas, y con la ministra de Exteriores de Bélgica, Sophie Wilmès. Fuentes de la Casa Blanca alegan una repentina sobrecarga de trabajo relacionada con el traspaso de poder a la nueva Administración. En Europa, fuentes diplomáticas apuntan a la reticencia de varios políticos a mantener una cita con Pompeo tras el asalto al Capitolio como posible causa.

El departamento de Estado estadounidense explicó, a través de un comunicado, que se habían cancelado “todos los viajes previstos para esta semana”, incluido el de Pompeo, debido al proceso de traspaso de poderes entre la Administración saliente de Donald Trump y la del presidente electo, Joe Biden. “Estamos plenamente comprometidos con la finalización de un proceso de transición suave y ordenado que se llevará a cabo en los próximos ocho días”, aseguraba el comunicado.

La agenda programada para Pompeo resultaba escueta desde el principio: en ella no figuraba ninguno de los altos cargos de la UE, tal y como ha ocurrido en visitas previas. El vuelo sobre el Atlántico terminó por cancelarse después de la negativa a mantener un encuentro con el estadounidense del ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, según adelantó la agencia Reuters. Tras el asalto al Capitolio la semana pasada, Asselborn llegó a decir que el presidente saliente, Donald Trump, es “un criminal, un pirómano político que debería ser juzgado”.

“El hecho de que no muchos europeos estuvieran dispuestos a encontrarse con el secretario parece haber jugado un papel importante [en la cancelación del viaje]”, asegura una fuente diplomática en la UE. “Quizá su equipo calculó mal y en algún momento simplemente se dieron cuenta de que su visita resultaría complicada después de lo que pasó en el Capitolio”, especula otra. Un diplomático citado por Reuters aseguraba que se sentían “avergonzados” con la presencia de Pompeo.

La Comisión Europea explicó este martes a través de un portavoz que ninguno de los miembros del colegio de comisarios ni el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, habían previsto una cita con Pompeo, aunque se negó a entrar en detalle sobre las solicitudes que reciben y las respuestas que dan a las mismas. “El hecho es que no hay ningún encuentro planificado”, dijo este portavoz. El departamento de Borrell remitió directamente a Washington para responder a las preguntas: “Nosotros no cancelamos nada”.

Pompeo, uno de los fieles escuderos de Trump, que también ha alimentado sin pruebas la idea del supuesto fraude electoral y llegó a hablar de que existiría una transición pacífica “hacia una segunda Administración de Trump” poco después de los comicios, resulta un personaje incómodo en Bruselas. En un discurso que dio en la capital europea en 2018, durante una visita a la OTAN, el secretario de Estado alabó la visión aislacionista de su jefe mientras criticaba el rol del “multilateralismo” y de “los burócratas”.

Con la UE ya enfocada en una nueva relación transatlántica que deje atrás las tensiones con Washington de los últimos cuatro años, los desencuentros sobre el papel de la OTAN y las organizaciones multilaterales, y la ausencia de cooperación en asuntos que van del cambio climático a la pandemia, sumado el trágico episodio del final del mandato de Trump, lo raro hubiera sido que la visita de Pompeo a Europa hubiera estado rodeada de pompa y boato. La UE ha expresado de forma reiterada que se encuentra deseosa de ponerse manos a la obra con Joe Biden.

La cancelación de Pompeo no ha sido la única de las últimas horas; varios altos funcionarios de Estados Unidos cambiaron de agenda también de forma repentina debido a la preocupación de que adversarios extranjeros pudieran explotar la crisis política y al hecho de que, tanto el presidente saliente como el resto de la Casa Blanca, se encuentren bajo demasiada presión como para enfrentarse a estas posibles crisis, según ha publicado Bloomberg. Entre estas cancelaciones está la del viaje de Kelly Craft, embajadora estadounidense ante la ONU, que había previsto volar este miércoles a Taiwán, desatando de inmediato la ira de China, país que reclama la isla autónoma como parte de su territorio.


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