La experiencia del Capitán América como superhéroe se define en parte por una sensación de aislamiento debido al desplazamiento del tiempo, pero con Sharon Carter, no está solo.
Un atributo que define al súper soldado más honorable de Marvel Comics, Capitan America, es su identidad como hombre fuera de tiempo. Congelado al final de la Segunda Guerra Mundial, el Capitán América (Steve Rogers) se despertó en un mundo radicalmente diferente al que había conocido. Esta experiencia fue impactante, lo que resultó en los intentos del Capitán América de quedar atrapado en todos los diversos hitos culturales, sociales y políticos que se había perdido mientras estaba congelado en el hielo.
Las relaciones, tanto platónicas como románticas, han sido otra área de lucha para el Capitán América en el siglo XXI. El Universo Cinematográfico de Marvel describió sus dificultades para encontrar una pareja romántica con una experiencia de vida compartida en la película de 2014, Capitán América: El Soldado del Invierno, antes de poder regresar al final de Vengadores Juego Final a su primer amor de la década de 1940, Peggy Carter. Y si bien esto proporcionó un cierre emocional a su arco de la historia de MCU, los cómics actuales del Capitán América brindan una experiencia menos solitaria para Steve Rogers.
Mientras Cap estuvo brevemente involucrado sentimentalmente con la sobrina de Peggy Carter, Sharon Carter, en Capitán América: Guerra Civil, su serie en curso proporciona una mirada mucho más sustancial a su relación. De alguna manera, la versión de cómic de Sharon Carter y Steve Rogers es más satisfactoria que su Endgame destino con Peggy. En la corriente Capitan America serie escrita por Ta-Nehisi Coates, Sharon, como Steve, también experimentó un desplazamiento temporal propio. Después de estar atrapada en la Dimensión Z, una dimensión creada por Arnim Zola donde el tiempo pasa mucho más rápido, Sharon regresó al mundo normal significativamente mayor que cuando lo dejó por primera vez. Al igual que Steve Rogers, luchó mientras se reencuentra con el mundo al que volvió a entrar. En este sentido, debido a que ambos han vivido experiencias similares con el desplazamiento del tiempo, el Capitán América y Sharon Carter comparten un vínculo único que MCU Steve Rogers y Peggy Carter no comparten.
Con Sharon, Steve puede compadecerse de la experiencia de adaptarse a un mundo apenas reconocible. Debido a que gran parte de la identidad del personaje del Capitán América se basa en su negociación entre el mundo que dejó y el mundo en el que se despertó, su regreso a la década de 1940 en Endgame ofrece más de esta misma experiencia. Si bien es dulce ver a Steve Rogers regresar con Peggy, hay una sensación existencial de melancolía que proviene de que él está solo en su conocimiento del futuro. Los cómics actuales del Capitán América ofrecen así una solución, a través de su relación con Sharon Carter, a este ineludible problema para él en el MCU.
A pesar de ser un hombre fuera de tiempo, el Capitán América es un héroe increíblemente eficaz en el siglo XXI. Incluso después de su primera presentación durante la Segunda Guerra Mundial, el Capitán América sigue siendo un ícono que los héroes más jóvenes admiran como mentor. Su relación actual con Sharon Carter respalda este papel que ha asumido desde que despertó del hielo, ya que mitiga sus sentimientos de aislamiento por el desplazamiento del tiempo. Y aunque la experiencia no ha sido fácil, Sharon y Steve se apoyan mutuamente en sus luchas, lo que les permite manejar lo mejor que pueden en sus circunstancias.
Como El halcón y el soldado de invierno La serie ha representado, Estados Unidos se vio envuelto en una crisis con Steve Rogers renunciando al manto del Capitán América. Y aunque Sam Wilson permanece preparado para asumir el papel como Steve inicialmente pretendía que lo hiciera, está claro que muchos personajes de la MCU pensaban que Steve tenía muchos más años como superhéroe por delante. La relación de Steve y Sharon le da al Universo Marvel en los cómics una sensación de estabilidad, como Capitan America tiene más confianza en poder existir en el presente.
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