Portu: “Estoy que me subo por las paredes”

Dice que sujeta un balón con las manos mientras dura la entrevista. El fútbol corre por las venas de Cristian Portugués (Beniel, Murcia, 1992) a la misma velocidad con la que corre por la banda. Se le nota abierto para dialogar sobre lo que sea preciso. Portu es risueño y parece feliz en Donostia. Es como si en la Real hubiera encontrado su lugar en el mundo. No descarta esta idea.



Se hace difícil imaginarle atrapado en casa.

Pues sí. Es una situación difícil y atípica. No solemos estar tanto tiempo inactivos ni en las vacaciones de verano. Hay un elevado porcentaje de jugadores que no vivimos en mansiones, sino en pisos, y tenemos que adaptarnos a lo que hay. Yo, por cómo soy, estoy que me subo por las paredes.

¿Cómo es el confinamiento en Donostia para un murciano?

Vivo justamente en el centro y bueno, salgo para lo necesario. Mi mujer está embarazada y, para correr el menor riesgo posible, me expongo lo justo. Para sacar a los perros y poco más. Hacemos la compra online.

Enhorabuena. ¿Lleva bien el embarazo su mujer?

Todo va muy bien. Ya queda poquito y estamos ilusionados.

¿Niño o niña?

Niña.

Donostiarra, ¿Eh? Eso es para toda la vida.

SÍ, sí, aquí nacerá. Estamos contentos, nos hace ilusión que sea donostiarra.

¿Ha estado alguna vez tanto tiempo sin tocar un balón?

Buf. Ahora mismo tengo uno en las manos y lo intento tener al lado lo máximo que puedo. Hay ‘mono’ de tirar a puerta, de dar un pase… Te das cuenta de pequeñas cosas a las que, cuando hay normalidad, no les das valor.

¿Qué remedios busca para el confinamiento?

Intento llevar una rutina. La primera semana me encontraba más descolocado, no quería estar en el sofá. Ahora nos organizamos mejor. Nos levantamos y desayunamos siempre a la misma hora, bajo a los perros, intento hacer una parte del entrenamiento, y por la tarde, el resto del trabajo, bicicleta y cinta. Y por la noche, nos dedicamos a ver series, películas y aprovechar para ver a la familia en las videollamadas.

¿Está viendo fútbol por televisión?

Pues la verdad es que sí. Cuando me apetece estar en el sofá veo partidos antiguos, soy un fanático desde pequeño. Te das cuenta de que todo ha cambiado mucho, el ritmo no tiene nada que ver, el juego era mucho más pausado. Me gusta verlo. La Liga también puso el otro día un gol mío y la verdad es que te entra un poco más de nostalgia. Son sentimientos comparables a pocas cosas.

La semana pasada pudo significar el regreso a Zubieta. ¿Cómo lo vivieron ustedes, los jugadores?

Nosotros no íbamos a entrenar, ni mucho menos. Íbamos a correr al aire libre, en el césped, que no es lo mismo que una cinta. Nos pasaron un montón de normas de seguridad: ducharnos en casa, ir con nuestra ropa, de hecho no nos íbamos a poner la de la Real, no contactar con nadie… Era algo muy, muy básico, un tema de desconexión y de volver a correr fuera, en una superficie a la que estamos acostumbrados.

Era voluntario. ¿Usted tenía pensado ir?

Al final, aunque sea voluntario, a cualquier deportista que le preguntes, llevando todas las medidas y sin poner absolutamente a nadie en riesgo, yo creo que hubiera aceptado.

¿Volverá pronto la vida tal y como la conocíamos?

Ojalá, y no sólo el fútbol. Hay mucha gente que lo está pasando mal, empresas con dudas sobre su futuro… En nuestro caso, pensamos en cuándo volveremos, pero ya te digo que aquí es importante todo el mundo y lo primero, la salud.

Este fin de semana tendría que estar en Sevilla.

Sí, sí, cómo cambia todo. Si nos dicen en Miranda que ahora íbamos a estar en casa sin poder salir, no te lo crees.

¿Era el gran día de la Real? ¿Ha sentido una especie de vacío?

Un día muy especial para todos, para nosotros y los aficionados, que tenían muchas ganas de ver a su Real en una final.

¿Era favorita la Real?

Yo creo que iba a ser una final muy igualada. Por clasificación, nosotros estábamos mejor, pero si te pones a ver los dos enfrentamientos directos, ellos fueron mejores en la primera vuelta y en Anoeta conseguimos ganar un partido muy, muy disputado.

¿Cómo es para alguien de fuera un derbi vasco en una final?

Siempre es especial. Estás defendiendo un escudo y yo, cuando fiché por la Real, tenía ganas de vivir este derbi porque la gente se lo toma de manera tremenda. Los dos que he jugado los he vivido intensamente.

¿Esperaba que aquí se viviera tanto el fútbol?

Cuando la Real preguntó por mí me empecé a informar un poco y hablé con Xabi Prieto. Me dijo que aquí la gente era de la Real. Y con la Real hasta la muerte. Y no se equivocaba en nada. No sólo son palabras, sino hechos: este año no ha habido ninguna mala entrada en Anoeta, y mira que hemos jugado también entre semana. Hay una gran armonía entre la plantilla y la afición.

Usted se ha ganado al público desde el primer minuto.

Intento ser como me sale de dentro desde que nací. La gente valora que defiendas su camiseta, aunque puedas tener un día mejor o peor. La afición de la Real valora el esfuerzo, a mí me lo transmite cada día y me da muchas más ganas para seguir defendiendo esta camiseta. Venir aquí era un desafío porque es un club muy grande. Sabía que tenía que dar el máximo para jugar. Estoy contento porque siento la confianza del míster.

Se deja la piel, es un guerrero, pero también marca goles o hace jugadas decisivas.

Todo puede ir ligado. Es posible ser determinante y ponerse el mono de currante. Si no metiera goles no habría tanta garra. Siempre he dicho que no basta con calidad para llegar al éxito.

¿Cuál es el secreto de la Real?

Hay muchas claves. El vestuario es una familia, hay mucha calidad, la plantilla es muy joven y no lo parece, y esto es muy bueno para la Real. La afición, desde nuestra presentación está con el equipo, recuerdo que Zubieta estaba lleno en un partido de pretemporada contra el Alavés… Desde entonces se veía que se podía hacer algo grande. Y el club pone todo lo que está a su alcance para ayudarnos. También creo que el cuerpo técnico lo está haciendo muy bien, con una forma vistosa de ver el fútbol y hambre de ganar.

Ya le iba a decir que se estaba olvidando de Imanol… ¡No vaya a ser que no le ponga de titular ahora!

(Risas). No, no, Imanol es el primero que tiene hambre de ganar, que ve el fútbol buscando sólo morder al rival. No hay muchos entrenadores así a día de hoy. Se merece que se valore su temporada porque es top. Yo tuve una conversación con él antes de decidir venir y ya me sorprendió su mentalidad ganadora.

Firmó hasta 2024. ¿Se plantea hacer una carrera larga en la Real?

Sí. Yo quería dar un paso importante. Estoy muy a gusto, firmé para muchos años porque sabía que iba a significar un reto importante para mí y… Sí, pienso que sí. Estoy muy a gusto.

Así entrena ‘Portu’ en casa durante el confinamiento

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