Protocolos del absurdo


Esos famosos protocolos de actuación de los que llevamos todos hablando semanas, parecen un mero entretenimiento durante este periodo de inactividad deportiva. No se me ocurre otra explicación. Entiendo, que no comparto, que los jugadores tengan que superar diversas pruebas para detectar la Covid-19 y decidir así si pueden jugar o no, para no contaminar al resto y echar al traste las opciones de finalizar la competición. Vale.



Y la otra premisa que me parece razonable es la que concierne al aislamiento de los equipos profesionales. Una vez se sepa que no están contagiados, deben aislarse en hoteles de concentración mientras dure la Liga y solo pueden relacionarse con personas que también sepan a ciencia cierta que no padecen o transmiten el virus. De acuerdo, aunque no les guste a los jugadores, es lo que toca.

A partir de aquí todo lo demás lo veo absurdo y un tanto surrealista. Parece diseñado por gente aburrida o que debe justificar su sueldo; si no, no me lo explico. La mayoría de protocolos que vamos conociendo nos dice que los futbolistas deben llegar a los estadios en varios autobuses para dejar un espacio de seguridad entre ellos. No podrán coincidir ambos equipos en el túnel de vestuarios, ni habrá fotografía de los onces iniciales.

Los titulares se cambiarán en un lado del vestuario y los suplentes en otros. Los que no jueguen deberán dejar asientos libres entre ellos en el banquillo. Se ducharán de forma individual, no podrán acudir al jacuzzi o piscina y cosas similares que no tienen lógica en un deporte de contacto.

¿Para qué estas medidas si luego van a estar pegados en el campo y se supone que no padecen la enfermedad? Sobre el verde van a sudar, salivar, gritarse, agarrarse, abrazarse. Todo sin mascarilla. Que me lo expliquen.


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