Prueba de carácter

Es posible que si al Levante le dieran a escoger un estadio en el que disputar sus partidos al margen del suyo, eligiera Anoeta. Esta afirmación puede parecer una barbaridad el día en el que el conjunto valenciano fuera aplastado por la Real en Donostia pero es el día en el que más vigencia adquiere. Si llegó vivo a los diez últimos minutos de un partido en el que recibió 25 disparos, sufrió más de una docena de oportunidades, la mayoría claras, le pegaron dos palos, sacó varias en la raya e incluso a su oponente le anularon un gol por un fuera de juego posicional, definitivamente es que el Levante tiene un idilio con Anoeta.

Paco
López reunió a sus jugadores en el vestuario en el descanso y les dio las fenomenales noticias. “La cosa no puede ir mejor”, resumió el técnico valenciano a su escuadrón. Y es que si después de la primera parte que había jugado la Real, el Levante sólo se fue perdiendo por un gol al intermedio, la cosa sólo podía mejorar. Incapaces de salir no ya de su campo sino, en ocasiones, de su propia área, asfixiados por la presión adelantada de la Real, que fue la herramienta clave para ganar el partido, y por algunos errores impropios de sus defensas en las entregas, el Levante sobrevivió a un poste, un mano a mano, un penalti fallado por Oyarzabal y varias ocasiones clamorosas más de la Real.

“El partido está donde queremos”, debió reafirmar en el descanso el técnico del Levante a sus hombres, objetivamente exhaustos tras su partido de Copa ante el Athletic. Pero la cosa aún fue a peor en la reanudación. Gol anulado a Merino, un balón sacado bajo palos por Duarte a Januzaj cuando se colaba, un cabezazo de Zubimendi al larguero, otro mano a mano de Portu… Perfecto, insistiría Paco. A diez minutos para el final, sólo perdía el Levante 1-0 y se disponía a puntuar en Anoeta por novena vez en sus doce visitas en Primera. Como para no estar confiados.

El partido acabó siendo una prueba de paciencia y personalidad para la Real, superada con carácter y fútbol. La exhibición no le sirvió para lograr la distancia que hubiera convertido el marcador en una goleada pero sí para evidenciar que llega al momento decisivo de la temporada con sus registros futbolísticos en el punto álgido. Tanto, que hasta una bestia negra como el Levante también quedó en el camino.


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