Ramis no ha dicho su última palabra


Iván
Ramis es el capitán del Eibar, uno de sus principales baluartes defensivos y también, muy a su pesar, uno de los jugadores que más incidencias físicas ha tenido que sufrir en los cinco años que lleva defendiendo el escudo armero. El central balear, a punto de cumplir un lustro en Ipurua, adonde llegó en el verano de 2015 procedente del Levante, sabe que su continuidad está prácticamente descartada en el club eibarrés.



A sus 35 años, inédito desde el pasado de 30 noviembre por lesión, sometido a una artroscopia en su rodilla el pasado 19 de febrero y con un contrato que expira el próximo 30 de junio, no tiene muchos boletos para seguir a las órdenes de José
Luis
Mendilibar, su principal valedor todo este tiempo. Hace unas semanas, antes de que explotara la crisis sanitaria, parecía casi imposible que Ramis se pudiera despedir del Eibar en un terreno de juego. Pero, a tenor de los acontecimientos, y con una ventana cada vez más abierta a jugar lo que resta de competición en los meses estivales, la esperanza ha vuelto a asomar en su horizonte.

Teniendo en cuenta que, en un principio, no va a haber problemas para extender los contratos cuya vigencia expira en junio, el jugador mallorquín confía en que desaparezcan todos los contratiempos físicos y los miedos para volver a calzarse las botas. Cabe recordar que no es el único futbolista armero que acaba contrato este verano, ya que Orellana, De
Blasis, Pedro
León, Charles y Escalante también terminan su relación contractual con el club. El único que tiene claro su futuro, si nada se tuerce, es Escalante, que ya tendría apalabrado un contrato con la Lazio.

Cinco años con sobresaltos

Ramis aterrizó en el Eibar en verano de 2015 para apuntalar el eje de una defensa que se había quedado huérfana con la marcha de Albentosa al Málaga y Raúl
Navas a la Real. En su primer año solo disputó 23 partidos de Liga ya que tuvo que hacer frente a varios percances físicos desde el primer momento (aductor, isquiotibiales…) que le rompieron la continuidad.

La temporada 2016/17 no fue mucho mejor para el poblero, ya que disputó 22 encuentros y volvió a pasar por la enfermería por culpa de molestias en el tendón de Aquiles y una lesión en el tobillo (fractura en el maleolo tibial).

Su tercer curso como armero estuvo cortocircuitado por media docena de percances. Solo estuvo disponible en 16 encuentros de Liga, repartidos a cuentagotas, por culpa de la pantorrilla, los aductores y una severa lesión de rodilla (fuerte esguince con rotura del ligamento).

Lo mismo sucedió en la 2018/19, con 21 encuentros disputados e infinidad de molestias físicas que le impidieron coger ritmo en la competición.

La puntilla ha venido en la que apunta a ser su última campaña en Eibar. Jugó seis de las siete primeras jornadas, una rotura de fibras le apartó casi dos meses, apareció en dos jornadas y después llegó la fatídica lesión en la rodilla que todavía le mantiene K.O. desde el 30 de noviembre.

José
Luis
Mendilibar siempre ha sacado la cara por Iván
Ramis, uno de sus jugadores fetiche, un hombre de su total confianza y alguien que le permite llevar al extremo su idea de adelantar la defensa para ahogar al equipo contrario.

Recientemente, en una rueda de prensa en la que se le preguntó por la situación del cental, el técnico de Zaldibar expresó con sinceridad que “es una pena lo de Iván porque lleva cinco años con nosotros. Creo que nos ha dado todo y si el Eibar sigue estando donde está, mucha culpa la puede tener él. Siempre se dice que si es el ‘pupas’, que si ha jugado la mitad de los partidos… Fíjate si hubiese podido jugar el 90% de los encuentros”.

Mendilibar tiene claro que las prestaciones completas de Ramis podrían haber llevado al Eibar mucho más arriba. “Si hubiese podido en alguna temporada jugar ese porcentaje, hubiéramos estado en Europa. Estoy convencido”, expresó el vizcaíno pocas semanas antes de que explotara la crisis sanitaria.

El mallorquín se aferra ahora al verano para poder regresar a los campos, ya que todavía no ha dicho su última palabra.



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