Razones para ver al Athletic en la final

Un primer tiempo espectacular y un segundo también de nivel alumbraron un Athletic que deleitó a la parroquia. Las sensaciones fueron muy halagüeñas en un equipo que cuando pone la quinta marcha apabulla al rival al abrigo de una grada entregada. El completo encuentro tiene sus bases en unas cualidades que desarrollamos acontinuación



Intensidad, presión y velocidad

Lo comentó en la rueda de prensa posterior al encuentro Garitano. “Hemos estado bien, hemos sido nosotros, hemos jugado con un ritmo muy alto. La pena es que no hemos definido más, que no hemos hecho el segundo gol”, resumió acordándose de que ante Eibar y Getafe la intensidad y la velocidad no tuvieron el mismo peso.

En esta ocasión la gestación del juego fue más rápida, hubo combinaciones meritorias que salvaron la presión andaluza, los toques se prodigaron con una frecuencia mayor y se llegó al área del Granada con asiduidad. Otra cosa es que el acierto en algunos centros o remates no fuera el más indicado. La simplificación del juego bilbaíno, a la celeridad con la que se imprimió ante un equipo que desea evitar la continuidad, fue de un mérito muy grande. La exuberancia física en el primer acto -en el segundo no lo fue tanto- ayudó a revolver en la defensa nazarí.

Capa fue uno de los distinguidos
Capa fue uno de los distinguidos

La sociedad Muniain/Williams

Se conocen, se entienden y cuando el binomio calidad de pase y velocidad supersónica se plasma en su máxima expresión, lo normal es que entre Muniain y Williams se descerraje a cualquier equipo. Lo hicieron en el gol en una acción fulgurante, pero también en otras oportunidades.

El navarro anotó después de una galopada de Iñaki, que sobre todo por la derecha volvió loco a la zaga granadina. Solo la falta de tino y las paradas de Rui Silva evitaron deleitarse un poco más. Iker no solo hizo regates necesarios y con sentido más vertical que otras veces, también amplió el campo con otras entregas que desahogaban al equipo.

Con Williams a su lado -preferible que no haya mucha distancia- esta sociedad da muchos réditos, sobre todo cuando están cerca de la portería contraria para evitar esfuerzos físicos desproporcionados. Son una pareja de elite. Como lo demostraron en Anoeta, donde el punta se alió de nuevo con su compañero para anotar un golazo.

Laterales muy profundos y medular seria

Pocos equipos pueden presumir de la lacerante labor que realizan Capa y Yuri. Impresionantes en el apartado físico, ‘pesados’ para cualquier entramado defensivo, percutieron con mucha asiduidad en la tela de araña del conjunto andaluz. Llegaron a las cercanías de la línea de fondo amparados también en el sistema de tres centrales.

Williams volvió a ser determinante
Williams volvió a ser determinante

Mientras el defensa jarrillero pudo haberse encumbrado un poco más si no le hubieran anulado el gol con la zurda, el de Zarautz volvió a estar inmenso, siendo un peligro constante. Incluso en situaciones laberínticas, con varios rivales haciéndole presión, salió victorioso mostrando su sangre fría, sacando jugado el balón. Casi anota con un zurdazo en la primera parte. Se le vio espléndido en el apartado físico, a pesar de que venía de una sobrecarga.

También es digna de mención la labor de Dani García y Vesga, que abarcaron mucho campo, con paliza incluida, y robaron un buen número de balones. Y Raúl estuvo por momentos brillante.

Un entramado defensivo de primer nivel

Aunque dispuso de alguna ocasión de anotar, en especial en el arranque de la primera parte, el Granada se topó con un Athletic aguerrido, presto al cruce, al despeje, a la pegajosidad, al atosigamiento, elementos difícilmente empastables cuando se trata de un encuentro de fricción y semejante tensión ante un equipo que en el apartado físico es más que respetable.

Con algún aturullamiento propio de un partido así, el sistema defensivo solventó bien a papeleta y hasta Yeray se mostró más suelto en el manejo del balón. Los envíos en largo para buscar a Williams al espacio fue una fórmula válida, muy a emplear también en Los Cármenes ante unos centrales que no son tan ‘galopantes’ como el delantero.

Con este panorama, cuando había que parar ahí estuvo Unai Simón, que firmó tres paradas de mérito. Además, se le ve cada día un poco mejor en la salidas en busca de los balones aéreos. En Granada su escudo le defenderá muy bien. No solo los zagueros, también el resto del equipo.


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