“Regañé a mi hermano Saúl por no firmar autógrafos”


Saúl Ñíguez es un jugador de marcada personalidad. El futbolista del
Atlético de Madrid
siempre tuvo claro que estaba destinado a ser profesional porque era su sueño desde pequeño. No es raro claro, porque viene de familia de jugadores.



Natural de Elche. De familia de futbolistas. Su padre José Antonio Ñíguez, futbolísticamente conocido como Boria, fue delantero del Elche y del Sabadell en los años 80. Le acompañó en sus primeros años en la capital de España para que el jugador llegase a lo más alto como acabó pasando.

“Es mi mayor crítico y siempre me corrige lo que cree que hago mal. Ahora está conmigo porque soy el más pequeño, pero antes ha estado con mis hermanos”, explicaba el futbolista rojiblanco poco después de su debut ante el Besiktas
.

El caso es que tanto él como sus hermanos Jony y Aarón, han sido importantes para que el centrocampista del Atlético de Madrid sea lo que es a día de hoy. Las enseñanzas que le han ido transmitiendo en este tiempo han sido claves para él, para que se convierta en uno de los mejores futbolista de Europa.

El mediano de los dos, Aarón, ahora en el Málaga, ha explicado una curiosa anécdota sobre el colchonero. “Regañé a mi hermano Saúl por no pararse a firmar autógrafos. Cuando empezaba y no jugó un buen partido y podía estar cabreado le dije que tenía que firmar a la gente. Porque hemos sido niños. Cuando era niño Rubén Baraja me ayudaba en todo y una vez me trajo las botas de Aimar. Un simple gesto era algo espectacular. Esto ha sido una cadena, primero de mi hermano a mí y ahora, ambos a Saúl. Queremos que se recuerde por buen futbolista pero también por ser gente cercana y humilde, con los pies en el suelo”, explicó el ilicitano en palabras a Málaga
Hoy.

Sólo un ejemplo de lo importante que es para un jugador tener un entorno centrado que asesore a los jóvenes futbolistas cuando dan pasos que han de ser rectificados.


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