Sánchez respalda a Iglesias y pide a Casado que el PP vuelva a ser un partido de Estado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha respaldado este miércoles en el Congreso al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, cuya destitución ha vuelto a pedir el líder del PP, Pablo Casado. Sánchez ha reclamado al jefe de la oposición que cambie de estrategia y vuelva a situar a su formación como “un partido de Estado” y no “antisistema”. El Ejecutivo ha afrontado así una nueva sesión de control bronca en medio de una tormenta política centrada en los ataques desde la derecha a Iglesias, al que han llamado “machista” y sobre el que han augurado que será condenado por el Tribunal Supremo en el caso Dina, una causa en la que no está imputado. El juez Manuel García-Castellón pidió la semana pasada al Supremo que investigue a Iglesias en esta pieza del caso Villarejo que versa sobre el supuesto robo del móvil de una antigua colaboradora del líder de Unidas Podemos, al tener Iglesias la condición de aforado. El número dos del PP, Teodoro García Egea, ha vaticinado incluso que Sánchez le tendrá “que acompañar a la cárcel”.

El orden del día de la sesión de control, en estas circunstancias de tensión máxima, ya era jugoso. En la agenda estaban los asuntos más candentes y polémicos posibles: la declaración del estado de alarma en Madrid, la reforma del PSOE y Unidas Podemos para cambiar el sistema de renovación del Poder Judicial ante el bloqueo del PP y la situación judicial de Pablo Iglesias. El debate se endureció desde el primer segundo.

Pablo Casado ha abierto el turno preguntando a Sánchez,si pensaba forzar al vicepresidente segundo a dejar el Gobierno por sus críticas a la Monarquía y por sus problemas judiciales. “El vicepresidente y todos los miembros del Gobierno tienen toda y mi absoluta confianza”, ha respondido Sánchez, que ha subrayado que en el Ejecutivo no hay ni procesados, ni imputados, como sí los hubo en los últimos ejecutivos del PP. “Señor Casado, rectifique su estrategia”, ha pedido Sánchez, en referencia a su negativa a la renovación del Poder Judicial y a intentar desgastar al Gobierno con la gestión de la pandemia en Madrid.

Casado ha insistido en demandar al Ejecutivo que retire la reforma de la ley del Poder Judicial presentada este martes por el PSOE y Unidas Podemos porque la considera un “atropello legal” y le ha ratificado que si no la abandona no tendrá nada que pactar con el PP. Y ha advertido: “A mí no me presiona nadie, y menos usted”. El dirigente popular ha considerado que ese plan ya en marcha en las Cortes, y que podría resolverse por la vía rápida en dos meses, es una “amenaza a la polaca” que “liquidaría la separación de poderes y la independencia judicial”. El líder del PP ha avanzado que acudirá al Constitucional y a las instituciones y tribunales europeos si se aprueba. También ha deslizado que ese tipo de iniciativas son muy mal vistas en la Unión Europea y podrían “poner en riesgo los fondos de reconstrucción por atacar el Estado de derecho”. “En Europa ya ven a este país como un Estado fallido, pero se equivocan. El único fallido es usted como presidente del Gobierno”, ha rematado Casado.

El dirigente popular ha concentrado sus andanadas contra Iglesias y Sánchez: “Me puedo entender con Podemos para aprobar el ingreso mínimo vital, pero nunca para que jueces y fiscales estén a sueldo de Iglesias y Monedero”, ha dicho en referencia a la reforma para renovar el Poder Judicial. “No permitiremos que ―Sánchez― meta de caballo de Troya contra nuestro sistema constitucional a un partido imputado, que arremete contra el juez, el Rey y defiende a batasunos, independentistas y dictadores bolivarianos”, ha añadido.

El presidente ha avisado desde su primera contestación que no quería entrar en “los insultos y las provocaciones”. Sánchez ha remachado que el actual Ejecutivo no soporta los siete procesados y tres condenados que tuvieron los gobiernos del PP y ha solicitado al líder popular que se repase el artículo 24.2 de la Constitución sobre la presunción de inocencia. También ha vuelto a pedir al PP que cumpla el mandato constitucional al permitir la renovación de cargos institucionales y no los bloquee y le ha instado a que abandone “la estrategia de la crispación”. El líder del PSOE ha requerido sin éxito a Casado que le aclare qué piensa hacer la semana que viene (el 21 y 22 de octubre) cuando se debata en el Congreso la moción de censura presentada por Vox, si “votar a favor, abstenerse o ponerse de perfil”.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha recordado a Sánchez que, hasta antes de las elecciones de noviembre pasado, también recelaba del líder de Podemos y ha acusado al Gobierno de coalición de estar “al frente de un golpe frente al Estado de derecho, el Rey constitucional y la justicia”. En la respuesta a Vox, Sánchez ha recordado que el Gobierno actual es legítimo porque lo han votado los españoles y ha considerado que está funcionando “bastante razonablemente bien” y mejor que el de la Comunidad de Madrid, compuesto por el PP y Ciudadanos y apoyado desde fuera precisamente por Vox. El líder del PSOE acabó su réplica a Abascal ignorándole y reclamando a Casado que reflexione sobre la puerta que ha abierto a la ultraderecha en España.

Los enfrentamientos ácidos y embarrados han continuado durante toda la sesión. La nueva portavoz del PP en la Cámara baja, Cuca Gamarra, ha llegado un poco más lejos reprochando en su interpelación a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que siendo “tan feminista” esté sentada en el Consejo de Ministros al lado de un vicepresidente “tan machista” como Iglesias y “al borde de la imputación” por el caso Dina. Calvo ha eludido la provocación sobre el machismo e, igual que Sánchez, ha demandado al PP que vuelva a ser un “partido de Estado y deje de hacerle el trabajo a la ultraderecha”.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha profundizado en sus críticas por “el atropello” en el “reparto a la carta” del poder judicial y ha pedido algo de humildad y autocrítica al Gobierno por lo mal que cree que ha gestionado todo lo relacionado con la pandemia del coronavirus. Calvo ha tirado de la Constitución y de las competencias de “la soberanía popular” en las Cortes para destacar que el proyecto cumplirá las normas.

El ambiente se ha enfangado totalmente con la intervención del número dos del PP, Teodoro García Egea, que iba dirigida a Iglesias, y en la que también ha preguntado a Sánchez si “le va a acompañar también hasta la puerta de la cárcel como hicieron con Vera y Barrionuevo”, exministros socialistas de los gobiernos de Felipe González que tuvieron que ingresar en prisión condenados por el caso del secuestro de Segundo Marey. Egea ha augurado ahí que Iglesias será juzgado por el Tribunal Supremo, por tres graves delitos con agravante de género: “Es decir, está pendiente de ser juzgado por utilizar de forma corrupta la justicia y, además, por machista, lo que Sánchez llamaría moderado”.

El vicepresidente Iglesias ha rematado la sesión de acoso dialéctico concluyendo que en España sí hay separación de poderes e independencia judicial, frente a lo que pasaba, según su criterio, cuando gobernaba el PP y algunos de sus parlamentarios aseguraban que tenían controlado al Poder Judicial “por la puerta de atrás”. Iglesias ha insistido en aconsejar al PP que deje de “atacar a la jefatura del Estado” con vídeos como los emitidos el pasado fin de semana por la fundación Libres e Iguales en los que 183 personalidades se reunían virtualmente para decir “¡Viva el Rey!”, porque comprende que le hacen un flaco favor.


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