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Selena, a 27 años de la muerte de uno de los íconos más grandes de la música latina


SAN ANTONIO, Texas – La música de Selena Quintanilla sigue resonando y en este 31 de marzo, a 27 años de su deceso, continúa inspirando a seguidores y músicos por igual, muchos de ellos inmigrantes.

Conocida sencillamente como Selena, la cantante y compositora tejana derribó barreras para las mujeres en la música latina y allanó el camino para una nueva generación de artistas contemporáneas de ascendencia latinoamericana que llegaron a disfrutar de gran popularidad entre el común del público estadounidense.

Su vida acabó demasiado pronto en 1995, cuando a sus 23 años fue asesinada por la presidenta de su club de fans.

Pero su música sigue resonando. Para el 2015, año en que se cumplió su vigésimo aniversario luctuoso, había vendido más de 65 millones de unidades a nivel mundial, convirtiéndose en la artista femenina más exitosa en la historia de la música latina.

En 2017 fue honrada con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

La difunta estrella significó una nueva era de representación para las minorías, y las mujeres de color, en la industria de la música.

SELENA, MÁS FAMOSA QUE NUNCA

La locura por Selena, que llevó a miles de personas de ascendencia mexicana a llorarla cuando se conoció que había muerto de los balazos que le dio su antigua asistente y presidenta de su club de fans Yolanda Saldívar, fue el trampolín en el que la carrera de Jennifer López agarró impulso, después de que encarnó a la reina del Tex Mex, en la película sobre su vida en 1997.

También inspiró a los padres de Selena Gómez a darle ese nombre a su hija — que había nacido dos años y medio antes de la muerte de la artista.

Fue después de su muerte y de la mano de López que Quintanilla trascendió como símbolo de las latinas de diferentes orígenes.

Entérate de la función que realiza y cómo pasa sus días.

Deborah Paredez, profesora en Columbia University y autora del libro de 2009 “Selenidad: Selena, Latinos and the Performance of Memory”, explicó que el catálogo musical de la artista permite que su música resuene entre latinoamericanos de diferentes países.

“Se oyen diferentes ritmos colombianos y caribeños mezclados con la música mexicana”, indicó. “Esto ayuda a que su sonido sea universal entre los latinos”, explicó.

Su hermano AB Quintanilla, productor de la música de su hermana, así lo dejó ver en una entrevista en 1995: “Nos llaman tejanos y sí, somos de Texas. Pero nuestra música es una fusión de ritmos de México y Suramérica. Es una mezcla de tropical, reggae, cumbia y otros géneros más influencia pop”.

Es por eso que, en tiempos de fusiones urbanas, Quintanilla fue una pionera y sigue vigente hoy en día, al punto de que Kacey Musgraves, Camila Cabello y J.Lo han cantado sus canciones en sus últimas giras.

UNA CONEXIÓN QUE TRASCIENDE LA MÚSICA

Lo cierto es que esta magia y atracción ha permeado más allá del inconfundible sonido de Selena. Paredez define, precisamente, la “Selenidad” como el movimiento que los latinos crearon en torno de Quintanilla, que celebra la biculturidad como un valor.

“Pero además representa a los latinos que no dominan el español y que defienden su identidad cultural a pesar de no hablar el idioma”, indicó la experta.

“No había artista que se vistiera como ella, especialmente alguien que luciera como nosotras o nos representara”, dijo Doris Muñoz, una productora musical que en 2017 organizó el concierto “Selena for Sanctuary” para luchar contra las medidas de inmigración de la Casa Blanca.

“Muchas de nosotras seguimos conectadas con ella porque nos vemos en ella”, aseguró Muñoz entonces.


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