Setenta años del catálogo de Ikea: ¿cómo eran los muebles del año en que naciste?

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Es uno de los elementos identificativos de nuestro tiempo. La colección de estanterías Billy de Ikea se ha convertido con su popularidad y omnipresencia en uno de los muebles más vendidos, usados y vistos en casas de todo tipo de pelaje y condición (y en el que encabeza la lista de los 10 más vendidos de Ikea, con 60 millones de unidades en el mundo). Pero para muchos de los propietarios de una Billy, no basta con comprarla y llenarla de libros u objetos decorativos: también hay que darle una vuelta, transformarla, convirtiendo el diseño estándar fabricado en serie en algo único, con el toque personal de sus usuarios.
Tendremos los mismos muebles en Jaca que en Helsinki pero, si es posible, cada uno los customizará para otorgarle ese toque personal que por su condición no pueden tener. Además, las Billys fueron concebidas como librería, pero habida cuenta de que cada vez tenemos menos libros físicos en nuestras casas, reconvertirlas en otra cosa adquiere todo el sentido. También es este uno de los signos de nuestros días.
¿Y cuál es el lugar para comprobar la habilidad de los demás, inspirarse o envidiar desde el silencio la buena mano para el bricolaje que tienen algunos mientras nosotros sufrimos ya con la tarea sencilla de montar una Billy, el abc del ensamblaje Ikea? Por supuesto, las redes sociales y las webs como Ikea hackers. Creado en mayo de 2006 por Jules Yap como un blog en el que reunir los hackeos que los usuarios hacían en sus muebles de Ikea, la popularidad de la página la llevó incluso a un contencioso con la casa sueca, que aspiraba a los derechos sobre el dominio. El tema se resolvió de forma satisfactoria para Jules, que sigue manteniendo el nombre del sitio (su versión española Mi llave Allen, acabó dejando su nombre anterior de Piratas del Ikea).
Estas webs pusieron nombre a todos los que hacían virguerías con sus adquisiciones en la tienda de mobiliario de diseño asequible y llegaron a crear sentido de comunidad. Con el ‘hashtag’ #ikeahacks se accede a una muestra de la creatividad humana.
Fuera de discusiones por la nomenclatura, Ikea apoya estas personalizaciones creando una rama de muebles que invita a eso y colgando vídeos con ideas para transformar la Billy y otros ítems. Desde YouTube nos sugieren cambiar el cristal de las puertas por una rejilla, pegar recortes de fieltro a modo de escamas en las puertas o cubrirlas y pintarlas con paneles de colores microperforados a juego con los tonos de la habitación de destino.

11 milagros que podemos hacer con una Billy, habilidad y paciencia
1. Añadirle puertas correderas. La diseñadora de Interiores Kristina Steinmetz realizó en 2016 un hack en el que añadía a una Billy puertas correderas de conglomerado. El post de su blog en el que explica cómo lo hizo se volvió tan popular que recientemente ha decidido traducir las instrucciones, en su primera versión en alemán, al inglés, para los que se atrevan con esta modificación de la estantería de Ikea.

2. Convertirla en una casa de muñecas. Ikea tiene su propia casita de muñecas, también muy frecuente en los hashtags de ikea hacks, pero ¿por qué conformarse con pintar una ya hecha o añadirle papel en las paredes cuando puede crearse una completamente diferente desde una Billy?

3. Añadirle molduras. Es sorprendente lo que algo tan sencillo como unas molduras pueden hacer por una Billy: de plebeya a burguesa en un solo paso.

4. Darle un aire de mueble industrial. Con un poco de pintura y maña, se convierte en un mueble sacado de un loft neoyorquino… Con camita abatible para un oso de peluche, también, porque lo cortés no quita lo valiente.

5. Darle la apariencia de hecha a medida. Nunca hay que subestimar el poder de unas cuantas Billys contiguas. Bien soldadas, unidas y ajustadas al espacio, podrían pasar por una librería hecha a medida.

6. Reconvertirla en armario. Sin estantes y con algunas barras para perchas, las Billy pueden cumplir la función de armarios para distintos usos. Con estanterías, pueden servir como los zapateros ajustados al tamaño que necesitan muchos zapatoadictos.

7. Modificarla para que sea una cajonera. Tablas de madera a medida, variedad de pomos a escoger y pintura de colores. Sin necesidad de rieles, una Billy básica pasa a ser una lucida cajonera para todo.

8. Con un arco añadido. Si se tiene debilidad por las estanterías rematadas en arco, una visita al carpintero (o siguiendo las instrucciones de la autora de este ‘hack’) puede lograr por poco dinero transformar la más corriente de las Billys en un mueble con apariencia de herencia familiar.

9. Pintarla. De forma periódica Ikea saca modelos de Billy en distintos colores, como amarillo o rosa, además de las habituales líneas en blanco, negro y distintos tonos de madera. Si no se quiere esperar a que aparezca el tono deseado, con algo tan sencillo como una capa de pintura el mueble queda completamente transformado.

10. Pintarla, sí, pero a juego con las paredes. Malcolm Begg renovó del todo su casa y logró que la Billy que presidía el salón pareciese cualquier cosa menos una Billy. Iluminación directa, molduras y el hallazgo de pintarla a juego con el gris de las paredes le dan un nuevo aire. En su web muestra paso a paso cómo lo hizo.

11. Forrar el fondo con papel pintado. Una variación más elaborada de pintar la Billy consiste en sustituir su fondo plano por uno forrado con papel pintado estampado. El resultado da lugar a un ambiente muy distinto.


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