Siesta antológica de los Celtics en el retorno de Kemba Walker

Los Boston Celtics se echaron una buena siesta contra los New York Knicks y cayeron por un contundente 75-105 en un TD Garden afortunadamente vacío, quizás uno de los factores que influyó en la falta de recuperación que mostró el equipo de Brad Stevens, superado de inicio a fin por un rival teóricamente inferior.

Sin Jayson Tatum, apartado por el protocolo sanitario, los de verde fueron una caricatura de si mismos. En este inicio de curso, Boston ha dependido demasiado de las canastas de su líder y las de su principal comparsa, un Jaylen Brown que se quedó demasiado solo contra los Knicks a pesar de sumar 25 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias.

Con un primer cuarto fulgurante (17-28) y un tercero todavía más contundente (15-27), Nueva York le dio un auténtico repaso a uno de sus grandes rivales de toda la vida. Julius Randle fue el más destacado con 20 puntos, 12 rebotes, 4 asistencias y 3 robos de balón en una actuación coral y sin grandes alardes individuales.

RJ Barrett fue uno de los que más brilló para el conjunto dirigido por Tom Thibodeau. El escolta sumó 19 puntos y cazó 11 rebotes en un triunfo balsámico para el conjunto neoyorquino, que llevaba cinco encuentros consecutivos perdiendo.

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Los 50 puntos de los Celtics al final de tercer cuarto fueron su peor marca desde 2013. Acabaron además con un 29% de acierto en tiros de campo y un 7-46 desde el perímetro.

La principal novedad del encuentro fue el retorno de Kemba Walker a la acción tras haber pasado varios meses en rehabilitación para intentar fortalecer su rodilla izquierda, que lleva años dándole problemas.

En su primer partido de la temporada, Walker mostró síntomas de falta de ritmo y terminó con 9 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias en una serie de 3 de 13 en tiros de campos. El base disputó 20 minutos y se marchó dolorido de la cadera tras recibir un trompazo en la última jugada de su noche, que terminó con él camino del vestuario en el tercer cuarto.

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Volver a ver a su base titular y teórica tercera pata anotadora del equipo es una buena noticia, a pesar del ridículo de anoche, para la afición de Boston, eso si el golpe se queda en anécdota.

Poco más se salvó en el bando local: Marcus Smart fue el segundo anotador del equipo con 10 puntos y Javonte Green el tercero, con 8. Un partido para borrar de la memoria y continuar como si no hubiera existido.


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