Tamara Falcó cumple 39 años entre éxitos y desgracias


Tamara Falcó no sospechaba al inicio de 2020 que este iba a ser su gran año. Acababa de ganar MasterChef Celebrity cuando explicaba a este periódico que estaba pensando cómo continuar su carrera profesional. Descartaba entonces abrir su propio restaurante —“no estoy preparada”—, meditaba abrir una canal de comida sana en alguna plataforma y se reía cuando se le preguntaba si era la sucesora de su madre —”lo de mami es otra cosa, ella es lo más”—. No tuvo que pensar mucho porque el destino le tenía preparado un año de éxitos: dos programas de televisión, decenas de campañas publicitarias, portadas de revistas todas las semanas y un título nobiliario. Pero este último logro hubiera preferido conseguirlo mucho más adelante. La muerte en marzo de su padre, Carlos Falcó, el marqués de Griñón, a causa de la covid supuso un duro golpe para ella.

No vivieron mucho tiempo juntos ya que el matrimonio de Falcó y Preysler se rompió pronto por la llegada de Miguel Boyer. “Me he criado con mi madre, siempre he estado con ella pero en todo momento ha estado mi padre presente”, contaba Tamara. De él heredó su amor por el campo aunque no tanto como el que le profesa su hermana Chábeli. “Yo soy más de ciudad pero de vez en cuando necesito ir al campo, encontrar la paz. Chábeli puede estar meses y no echar de menos nada”, dijo de su hermana mayor, fruto de la relación de su madre con Julio Iglesias. En estos días Tamara ya será marquesa de Griñón, un título que no esperaba y que ha recibido con ilusión por lo que significaba para su padre, pero que no va a cambiar nada en su vida.

Ella pertenece a ese grupo de personas que por sí mismas ya forman parte de un exclusivo club. Aún así se niega a ser vista como “una niña de mamá”. Por ello, entre otras cosas, aceptó participar en el concurso de cocina de TVE, para que así la gente la conociera más. El resultado no pudo ser más positivo. Tamara ahora se siente más reconocida que nunca y, lo que es más importante, se siente reconocida por ella misma no solo por su famosa familia.

Todos los suyos ya sabían cómo era Tamara antes de todo esto. Por eso su madre en más de una ocasión ha comentado: “No sé qué os sorprende de ella, siempre ha sido así”. Pero lo cierto es que la imagen que proyectaba era la del patito feo de la familia, una chica torpe, sin trabajo conocido, a la sombra de su madre y algo obsesionada con la religión, cuando no le recordaban que entrados los 30 años no tenía novio.

En cuestiones amorosas Tamara es una excepción en su familia. A su edad, su madre ya sumaba dos matrimonios y cuatro hijos. Sus hermanos no se quedan atrás. Todos están ya casados a excepción de los dos pequeños por parte de padre: Duarte y Aldara. Hubo un tiempo en que a Tamara le molestaba que la preguntaran siempre si tenía novio. Ahora esta pregunta ha desaparecido de los cuestionarios. A su manera ha roto moldes en una familia donde imperan las uniones y los amoríos. Cuenta que le gustaría casarse algún día y tener hijos pero si no llega ese momento no pasará nada.

Está muy unida a todos sus hermanos en especial a Ana Boyer, Enrique Iglesias y Manolo y Xandra Falcó. Con ellos sabe que la discreción es fundamental. Pasan tiempo juntos pero de esos encuentros salvo con Ana no hay fotos. En estas semanas está muy pendiente de Xandra que en septiembre perdió a su esposo Jaime Carvajal Hoyos a causa de un fulminante infarto. Esta muerte y la de su padre han empañado un año de éxitos que parece continuarán en el próximo.


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