Tezanos justifica los errores del CIS el 4-M en el voto de última hora


José Félix Tezanos, el director del Centro de Investigaciones Sociológicas desde 2018, compareció este miércoles en el Congreso a petición propia para explicar la peculiar situación del cuestionado CIS en estos momentos y, sobre todo, para justificar en razones técnicas y de la nueva realidad y “mutación social” los errores cometidos en los últimos sondeos electorales, particularmente el 4-M en Madrid. Tezanos argumenta que ante la aparición del multipartidismo, frente al bipartidismo pasado, y especialmente con el cambio en la decisión del voto para última hora, las predicciones demoscópicas se han hecho más complicadas e inciertas. El exdirigente socialista reseñó así que el 4-M entre el 35% y 36% del electorado madrileño, ahora “más abierto y volátil”, decantó su opción política al final.

Tezanos había solicitado acudir a la comisión Constitucional ante todo el cúmulo de polémicas que han ocasionado en estos últimos años bajo su gestión los sondeos electorales, flash y preelectorales del CIS, con cambios de métodos y en tiempos y cantidad en sus encuestas. Salió a la defensiva, desarrollando una especie de clase histórica sobre el sentido del CIS, creado en 1973 para el Ministerio de Turismo de Manuel Fraga, y enumerando el perfil profesional pero también político de casi todos sus responsables desde entonces. Tezanos fue miembro de la ejecutiva del PSOE y una de sus acusaciones más recurrentes lo sitúa en las cercanías de Pedro Sánchez.

El responsable del centro dependiente ahora del Ministerio de Presidencia rechazó las críticas que le dirigieron sobre todo los diputados del PP, Vox y Ciudadanos, sobre connivencia con Sánchez y La Moncloa y negó que jamás le hayan indicado nada sobre cambiar una pregunta o variar un dato. Y luego intentó explicar el motivo de los fallos cometidos en los más recientes sondeos o barómetros políticos. Tezanos aseguró que esos errores, que reconoció sin autocrítica alguna, se deben a los cambios sociales registrados en estos últimos 10 años con el florecimiento de hasta seis partidos y también sobre el comportamiento del voto. Y reflejó ahí que ahora ya no tienen tanta relevancia ni el recuerdo de voto ni la simpatía hacia un partido. Tezanos constató, con sus datos, que hace tres años el 70% del electorado fijaba su voto al comienzo de las campañas y el 4-M solo lo hizo así el 48% frente al 35% que lo dejó para el último día o incluso la jornada de reflexión.

La exposición de Tezanos intentó ampliar el foco sobre toda la labor que desarrolla el CIS, en publicaciones, jornadas y colaboraciones de hasta 89 catedráticos de sociología de los 121 que hay ahora mismo en España. Pero a los diputados les interesó solo y exclusivamente el apartado de las encuestas, que suponen más del 50% de sus tareas, y específicamente el 27% de las electorales o políticas que ha elaborado el centro bajo su mandato. Son las que han sido ampliamente cuestionadas, por los partidos de la oposición, pero también por expertos y analistas especialistas en encuestas, porque las entienden tergiversadas siempre a favor de la izquierda y en particular del PSOE.

El responsable del CIS defendió la profesionalidad y neutralidad de sus barómetros: solo el 0,6% de los sondeados muestran “desconfianza política” hacia los trabajos del CIS. Algunos portavoces, especialmente la de ERC y el de Unidas Podemos, interrogaron a Tezanos sobre por qué el CIS no pregunta ni sobre la Monarquía ni sobre la figura del Rey, que suponen muy cuestionada en estos últimos tiempos ante los escándalos sobre todo que circundan a Juan Carlos I. Tezanos respondió parco: “La Monarquía es el problema número 41 en el orden para los españoles”. Y razonó que según su criterio el CIS no debe prestarse a “suscitar problemas que no existen”.

Acertar en los pronósticos

El director del CIS comenzó por explicar que ahora es más difícil que nunca acertar en esos pronósticos porque hasta hace apenas cinco años solo había dos partidos con opciones de ganar en el ámbito nacional y ahora hay cinco o hasta seis formaciones y, sobre todo, porque el voto se ha vuelto más flexible “y el recuerdo de voto, por tanto, ya no condiciona lo que se piensa votar en el futuro”, señaló. Tezanos insistió mucho en esa distribución más amplia ahora del voto y en el cambio del patrón de comportamiento del elector, “que ya no vota al mismo partido, ni como antes por tradición familiar, clase social o por ideología”. Y ofreció algún dato en esa línea.

Según Tezanos, hasta hace unos años lo habitual era que entre el 70% y el 80% de los electores mantuviera ante las urnas sus preferencias, pero constató que en 2019 ese porcentaje ya había bajado al 31% y en las elecciones del 4-M en Madrid, en las que venció la popular Isabel Díaz Ayuso, ese cupo aún se rebajó más, hasta el 15%. El 60%, dijo Tezanos, cambiaron de partido en esa votación y eso abunda en la idea sociológica actual sobre el determinante marco de incertidumbre.

Esa realidad que describió Tezanos para justificar los fallos del CIS ante la encuesta flash efectuada para indagar sobre el voto en Madrid y conocida el 22 de abril le llevaron a concluir que ahora “el voto es abierto y volátil, se decide al final, en el último momento”. Y en el caso del 4-M hasta el 11% lo hizo en el mismo día de reflexión, la jornada previa a la votación. Lo que supone “un comportamiento electoral cada vez más impredecible”. Por eso en ocasiones Tezanos ironiza, como volvió a hacer este miércoles ante los diputados en el Congreso, con que los demoscópicos tienen ahora el dilema de ceñirse a su ciencia y sus métodos o a la adivinanza.

Tezanos intentó así, además de justificar los errores cometidos recientemente por el CIS, razonar por qué lleva aplicados distintos modelos de trabajo y métodos diferentes durante su etapa en el centro. Los encuestadores, además, se han topado en este último año con la pandemia y los recelos de muchos porteros y responsables de viviendas a dejarles entrar en sus casas para hacer su trabajo presencial, que es el sistema más fiable que utilizaban hasta ahora. Esa labor se ha cambiado radicalmente y ahora la mayoría de las encuestas se efectúan por teléfono, con la asistencia de un robot que filtra previamente los números fijos y móviles que no son de particulares.


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