Tiempo perdido para Villalibre


Pasan los días y el cuentakilómetros de Asier Villalibre continúa estancado. Con 22 años recién cumplidos, apunta a que la primera mitad de la temporada se la va a pasar en blanco. Sus números en categorías inferiores y los movimientos del club, el gernikarra fue renovado en mayo hasta 2023, hacen pensar que es uno de los delanteros con mayor proyección de Lezama, pero los hechos juegan en su contra.



Ahora mismo atraviesa una etapa por la que ya ha pasado. Entrenar con la primera plantilla y absorber conocimientos como si fuera una esponja. Por ejemplo, de Aduriz. Lo que necesita Villalibre de forma urgente son minutos de rodaje para demostrar todo lo que dejó entrever el curso pasado.

Es una situación que se podía intuir una vez que no salió cedido en verano. Williams es la primera opción, Aduriz es la alternativa y Kodro y Villalibre necesitan una concatenación de factores para incluso estar en el banquillo. El donostiarra, eso sí, está por delante en el orden de preferencias de Garitano. Así lo demostró en Leganés.

Si un chaval de 21 años marcara 23 goles en Segunda B y jugara en el filial de la Real Sociedad o de Osasuna, muchos pedirían ir con el taco y plantearse un desembolso estratosférico. En cambio Villalibre está en el Athletic y es el último de la fila. Lo de casa siempre se mira con otros ojos.


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