El maquillaje a los 40 debe ser muy distinto al que se hace a los 20, ya que surgen las primeras arrugas que es mejor disimular y para ello, nada como elegir los tips que ahora os enumeramos con los que vais a conseguir un maquillaje perfecto.
Maquillaje a los 40: tips para crear un maquillaje impecable
Cuando la piel del rostro comienza a madurar y aparecen las primeras pequeñas líneas de expresión, las mujeres tienden a cambiar radicalmente el enfoque del maquillaje, que se vuelve principalmente correctivo y «cubriente».
El objetivo más común, entre las mujeres que ahora tienen la piel madura, es de hecho cubrir las decoloraciones, rediseñar el óvalo del rostro y darle al rostro una expresión lo más joven posible.
A veces, sin embargo, terminamos excediéndonos en la cantidad de productos y técnicas en un intento de crear un maquillaje «correctivo», o simplemente corregir pequeños defectos, renunciando a la creatividad que es siempre un aspecto fundamental de cualquier tipo de maquillaje.
Entonces, ¿cuál es el camino correcto a seguir?
Antes del maquillaje
La piel madura necesita estar preparada con un maquillaje hecho a base de la perfección, y que sea capaz de responder simultáneamente tanto a las necesidades de maquillaje como a las necesidades de la piel.
Por lo tanto, antes de proceder con el maquillaje es necesario estudiar los productos y técnicas más adecuadas y crear un maquillaje impecable, adecuado además a tu tipo de piel y necesidades y solo entonces enfocarte en el tipo de maquillaje a realizar.
No te olvides de la prebase
El uso de una prebase antes de aplicar la base del rostro es absolutamente necesaria cuando se tiene la piel madura, ya que ayuda a suavizar las pequeñas arrugas y «arrugas» naturales de la piel madura.
Base de maquillaje natural
La base de maquillaje debe estar formulada para asegurar la máxima uniformidad de la tez y para compensar las decoloraciones propias de las pieles maduras, como las manchas solares (un problema muy común en las mujeres mediterráneas).
Un error que se comete muy a menudo al utilizar la base a los 40 años es seguir apostando por aquellas que son muy cubrientes y además, aplicar demasiada cantidad cuando en realidad se debe usar una base de cobertura media o ligera y además centrarse solo en conseguir un tono uniforme de modo que nunca se debe abusar de este producto.
Y es que si nos pasamos, el resultado será el típico efecto «cartón» con una cara demasiado cargada, que le dará al rostro una textura falsa y sobre todo desagradable de ver en directo (en foto el efecto es mucho menor).
Además, este tipo de productos tiende a crear acumulaciones en las líneas de expresión y también en los poros dilatados que caracterizan la piel madura.
Como decimos, es mejor usar poco producto y extenderlo muy bien, sobre todo en los bordes del rostro para evitar una rotura cromática demasiado evidente.
Correctores bronceadores y oscuros: no, gracias
Una idea muy común entre las mujeres maduras, pero no del todo correcta, es que el bronceado es un factor de belleza en todos los casos. Esto es solo parcialmente cierto, ya que el bronceado solo es bello cuando es discreto y natural.
Intentar crear un efecto bronceado artificial utilizando productos con tonos oscuros, muy diferentes al natural de la piel, es un error imperdonable.
Además de hacer que el rostro aparezca más marcado y acentuar las arrugas, los productos con colores muy oscuros crean un contraste desagradable entre el color del rostro y el del cuello, así como el del resto del cuerpo visible como las manos y el escote.
Si realmente no puedes resistir la tentación de un buen bronceado, puedes recurrir a cremas autobronceadoras graduales (y por supuesto iniciar el tratamiento a tiempo, ya que no es una “magia” instantánea).
Dí sí al «contouring» pero con moderación
El contorno se vuelve prácticamente imprescindible a partir de cierta edad. Esta técnica «pictórica» que tiene mucho en común con la escultura es capaz, de hecho, de alterar levemente los rasgos faciales haciéndolos parecer más parecidos a los de la misma persona en el apogeo de su juventud.
También en este caso es fundamental utilizar el contorno con moderación. Está perfectamente bien “levantar” las mejillas caídas con un hábil juego de luces y sombras , pero no es una buena idea imitar a Kim Kardashian.
Evita abusar del iluminador
El iluminador y los cosméticos con efecto nacarado y opalescente son los enemigos acérrimos del maquillaje a los 40. La razón es muy simple: la perlescencia de los productos brillantes resalta los poros dilatados y las líneas de expresión.
El resultado será, por tanto, muy brillante, pero destacará precisamente aquellos pequeños defectos que estaban destinados a ser cubiertos con maquillaje. ¡Un paso en falso para no comprometerse nunca!.
Maquillaje de ojos
En lo que respecta al maquillaje de ojos , la regla es la misma: es mejor evitar estrictamente las sombras de ojos brillantes y orientar la elección hacia las mates. ¿La razón? Con una sombras brillantes lo único que vas a conseguir es resaltar más todavía las «patas de gallo».
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