Un calendario para coger carrerilla


Superado el examen a vida o muerte ante el Galatasaray y sin Clásico a la vista (aplazado para el 18 de diciembre) al Madrid se le abre de par en par un calendario muy amable para recuperar la confianza perdida , mejorar las prestaciones tácticas y, de paso, para que algunos de sus futbolistas más importantes como Bale, Modric, Isco o James recuperen su mejor nivel.



Tras un fin de semana libre por la ausencia de Clásico, el Madrid afrontará tres jornadas de Liga seguidas (con Galatasaray de por medio) contra tres de los últimos cinco clasificados del campeonato antes de encarar, tras el parón de selecciones de noviembre, los partidos ante Real Sociedad y PSG.

El primero será un Leganés que llegará al Bernabéu como colista el próximo miércoles 30 en la jornada intersemanal (21.15 horas) con solo dos puntos en 9 jornadas. Los pepineros, por si fuera poco, aterrizan en Chamartín con un entrenador interino, Luis Cembranos, tras la renuncia de Mauricio Pellegrino y la incapacidad del club para encontrar un sustituto de garantías para hacerse cargo de la urgente situación del equipo.

El siguiente en comparecer en el Bernabéu será el Betis de Rubi (sábado 2 de noviembre, 21.00 horas), otro entrenador cuestionado tras su mal arranque de temporada. A estas alturas de competición el equipo de Heliópolis marcha en puestos de descenso, antepenúltimo, y la idea del entrenador catalán no cuaja por más jornadas que pasan.

El compromiso más peliagudo para los de Zidane antes del parón (Galatasaray a un lado, el 6 de noviembre) será la visita a Ipurúa. El equipo de Mendilibar va decimosexto en la tabla y, a pesar de su irregularidad, suele hacerse fuerte en su feudo. Además, para los blancos todavía está fresca en la memoria la paliza que recibió el Madrid de Solari el curso pasado en este mismo escenario: 3-0.

Deberes por hacer

Sin el Clásico en el horizonte más cercano, a Zidane se le abre un periodo cómodo para ajustar al equipo de cara a la parte más exigente del calendario. En el debe del entrenador francés está engrasar el sistema de juego y la idea y acabar con la irregularidad crónica de su equipo.


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