Un decálogo para las ciudades del futuro


Las ciudades están escuchando. Con este lema, el próximo 11 de noviembre comenzará en Durban, Sudáfrica, la nueva Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales, organizada por la organización mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU). El evento es el mayor encuentro de alcaldes, presidentes de asociaciones, concejales y representantes locales y regionales de todo el mundo y pretende demostrar cómo la localización es un instrumento político fundamental para que ningún lugar ni nadie se queden atrás en los beneficios del desarrollo.
También, que la voluntad política de todos los grupos de interés implicados (instituciones públicas, sector privado, sociedad civil, academia, entre otros) será esencial para llevar a cabo las agendas globales en las ciudades y sus territorios. Son las agendas comunes para lograr objetivos de desarrollo para todos, que incluyen la Agenda 2030, el Acuerdo de París, el Marco de Sendai o la Nueva Agenda Urbana, entre otras. Para lograr todos estos grandes acuerdos, las ciudades y regiones serán esenciales ya que, en definitiva, son la esfera de gobierno que está más cerca al ciudadano y donde se han de cumplir todos objetivos de desarrollo sostenible marcados día a día.
CGLU, que es el heredero directo del centenario movimiento municipal internacional, nacido en la agrupación de alcaldes que se unieron en Gante en 1913 para formar la Union Internationale des Villes y cooperar de manera más organizada entre ellos; quiere llevar la Cumbre a otra dimensión.

Como portavoz global de todos los tipos de gobiernos locales y regionales existentes, su objetivo hasta ahora era ser la voz unida de los gobiernos locales y regionales ante la vasta comunidad internacional. En esta Cumbre pretende, además, hacer partícipe a la ciudadanía, ya que son conscientes de la necesidad de que las ciudades escuchen a sus ciudadanos y actúen de manera participativa en acorde a sus peticiones.
“Hemos pasado muchos años abogando para que los gobiernos locales puedan tener un lugar diferente en la mesa de la agenda global; por ello nuestro lema central era que las ciudades deben ser escuchadas”, nos cuenta Emilia Saiz, Secretaria General de CGLU desde sus oficinas de Barcelona. Sin embargo, según ella, ahora es el momento de un cambio. Dada la evolución del proceso participativo en las ciudades, comenta que las autoridades regionales y locales han de empezar a ser más dinámicas y generar un diálogo proactivo con la ciudadanía y con las otras esferas de gobierno y actores.
“La Cumbre debe ser el primer paso para generar un diálogo que promueva, ante todo, una escucha activa a las principales inquietudes que muestra la gente”, dice. “En este sentido, en esta Cumbre estamos preparados para escuchar a los diferentes intereses de la ciudadanía, para poder repensar conjuntamente la democracia local”.

En consecuencia, la Cumbre Mundial pretende inspirar a líderes regionales y locales a definir los principales retos a los que se enfrentan sugiriendo soluciones que impliquen a la ciudadanía y a la sociedad civil organizada en el proceso.
Para lograr este objetivo, el Congreso se ha estructurado a través de cuatro ejes estratégicos:
El eje asamblea, donde se promueve la acción local para las personas. Este, impulsado por los gobiernos locales y regionales, abordará las prioridades continentales, sectoriales y temáticas que contribuyen a las políticas globales.El eje cabildo público, liderado por la sociedad civil y estructurado como un espacio para el diálogo y la interacción entre las distintas comunidades organizadas por ejes temáticos.El eje Local4Action, formato a través del cual se invita a todos los miembros del ecosistema urbano a participar activamente en un proceso cooperativo para compartir, escuchar y opinar sobre acciones específicas de transformación urbana.Y por último, el eje estatutario, que repercute en cómo se deciden los órganos de gobierno de CGLU. Su nueva composición se aprobará en Durban, y el eje será clave para interactuar entre el liderazgo de la Organización y consolidar sus prioridades políticas en los próximos tres años.Por lo tanto, la Cumbre Mundial de Durban se presenta como el escenario en el que se pretende crear un nuevo tipo de liderazgo, que permita articular el diálogo intergeneracional necesario de cara a construir un mundo más pacífico, más sostenible y más inclusivo con y para toda la ciudadanía.
“No vemos este Congreso Mundial simplemente como un Congreso más”, señala Saiz convencida del momento histórico que se está viviendo en el movimiento municipalista, “sino más bien como un proceso participativo de formulación y diseño de políticas públicas que nos lleven a la acción. Ahí nos queremos ver codo a codo con nuestros colegas de otras circunscripciones, configurando el futuro urbano y promoviendo las políticas públicas conjuntamente”.

En todo caso, el Congreso presenta una buena oportunidad para articular el cambio de paradigma necesario que permita escuchar y amplificar la voz del movimiento municipalista. Ello será fundamental para lograr el liderazgo local, desde las ciudades y los territorios, que promuevan una transformación social y permitan lograr los objetivos de desarrollo sostenible creando sociedades que no dejen nadie atrás.


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