Un derbi en miniatura


La Gipuzkoa futbolera se paraliza con ocasión del duelo entre sus dos potencias. A la sombra del clásico vasco por antonomasia, el Real-Athletic, este derbi dibujado en miniatura, aporta un guiño simbólico, con cierta magia, que no se le escapa a nadie del territorio. Con mucho recorrido por delante en su camino hacia la consolidación como incunable del fútbol, el pulso coge forma. Anoeta alberga una edición marcada por el doble rasero de la clasificación: cada uno persigue objetivos diametralmente opuestos.



La Real parte con una vitola de favorita que se atisba a la legua. Se presenta ante su público y defiende plaza europea contra un Eibar que, por su parte, atraviesa apuros, con brotes irregulares en su hilo conductor. Por arriba los txuri urdin y en el furgón trasero los armeros, la meta está marcada en ambos casos.

Podría decirse que se trata de un desarrollo lógico, al menos esperado, de los acontecimientos atendiendo a la impronta de Real y Eibar en la categoría. Los locales buscando un lugar por Europa, los azulgrana aferrándose al instinto de supervivencia que siempre les ha lanzado al éxito. No sería extraño que el silogismo se trasladara al terreno de juego a primera hora de esta tarde (16.00 h.).

El ‘once’ se recita solo

Real y Eibar son los embajadores de la provincia más pequeña de la Liga. Lo primero, por lo tanto, es llevar con orgullo este sonado triunfo del producto autóctono a nivel de clubs. En cuanto Carlos del Cerro
Grande, el árbitro de la contienda, autorice que el balón puede rodar por el renovado césped de Anoeta, las complicidades se habrán extinguido como se consume el fuego.

La Real lamenta las ausencias de sus dos capitanes: Asier
Illarramendi y David
Zurutuza. El resto de las bajas son por motivos técnicos: el meta Zubiaurre, Sagnan, Gorosabel, Pardo y Sangalli. Con respecto a la convocatoria del Bernabéu, la única novedad es el ingreso de Ander
Barrenetxea en detrimento de Zurutuza.

La alineación de la Real se recita de carrerilla, como una estrofa poética. Imanol
Alguacil dispone de su espléndido arsenal para batir al Eibar y plasmar sus prometedoras hechuras en resultados. De Anoeta se han esfumado demasiados puntos si el espíritu es batallar con los más fuertes.

Odegaard, Portu, Oyarzabal y Willian
José conforman la artillería txuri urdin y de cubrir sus espaldas se encargarán, con la fiabilidad que les caracteriza, Zubeldia y Merino. Remiro cubrirá la portería y en defensa formarán, si no hay imprevistos, Zaldua, Aritz, Llorente y Monreal.

La vieja guardia del Eibar

Los estilos de la Real y del Eibar advierten un voltaje elevado en la zona ancha, allá donde se cocinan los partidos. Los de Imanol son feroces en la presión cuando juegan en Anoeta y los de Mendilibar se distinguen por la intensidad que emplean para recuperar el balón. El más atinado ganará muchos enteros. La calidad y la velocidad serán las aliadas de la vanguardista Real y, en contraprestación, el Eibar pensará que en el fútbol está todo inventado para someter con un plan más industrial de apertura a la banda, centro y remate.

Para ejecutar la misión, Mendilibar tirará de vieja guardia. Escalante y Diop serán el músculo de un equipo adornado por las individualidades de Orellana e Inui. Arbilla es baja por acumulación de tarjetas y desnutre a la defensa.

Anoeta presentará otra abundante entrada. Faltará gente de Eibar porque hoy es su fiesta patronal, San Andrés.


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