Un ‘Dr. Jekyll y Mr. Hyde’ perico


El Espanyol mostró dos caras muy diferentes a lo largo del partido de ayer. En la primera parte fue un equipo sin alma, superado por la situación ante un Ferencvaros a priori muy inferior sobre el papel. Y en la segunda metamorfoseó para encerrar al rival en su área en la búsqueda de la remontada, en un ejercicio que pareció ser una forma de tomar consciencia de que, con lo mucho que ha costado regresar a Europa (12 años), el nivel a ofrecer debe ser superior. Pero la reacción fue tardía y por ende insuficiente como para lograr arrancar esta ilusionante andadura continental con tres puntos.



Dicho de otra manera, el RCDE Stadium asistió a un particular caso de ‘Dr. Jekyll y Mr. Hyde’ perico, con un equipo que mostró dos personalidades muy alejadas entre sí. Primero siendo exactamente lo que no quiere David Gallego que sea. Y más tarde dibujando a la perfección sobre el verde lo que el técnico tiene en su cabeza.

En definitiva, lo vivido de nuevo fue una especie de ‘sí pero no’. Porque el aficionado se marchó a casa con la sensación de que si el partido hubiese durado 10 minutos más los suyos hubieran vencido. Pero a la vez, sabedor de que no cumplió con las expectativas al inicio y no comenzó a golpear hasta que se vio prácticamente besando la lona.

(Solo) 18.125 espectadores

Dejando a parte el juego del Espanyol durante la primera parte, la nota negativa del día la constituyó de nuevo la pobre asistencia que albergaron las gradas del RCDE Stadium. En concreto, 18.125 espectadores se dieron cita para ver el encuentro, una cifra a la que, en clave perica, hay que restarle las 723 entradas que se facilitaron al Ferencvaros. Con esto, hubo poco más de 17.000 pericos, una cifra preocupante teniendo en cuenta que el encuentro significó el regreso del Espanyol a una fase de grupos de la Europa League tras 12 años de ausencia. Se antoja necesaria una reflexión a todos los niveles.


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