Una calle de Caracas durante la falla eléctrica, este viernes por la madrugada.

Un fallo de energía deja sin luz a al menos 19 de los 23 Estados de Venezuela

Una calle de Caracas durante la falla eléctrica, este viernes por la madrugada.
Una calle de Caracas durante la falla eléctrica, este viernes por la madrugada.Rayner Peña R. (EFE)

Los venezolanos se quedaron sin energía eléctrica la madrugada de este viernes. Al menos 19 de los 23 Estados del país se quedaron totalmente a oscuras por una nueva falla nacional generada en la central hidroeléctrica Guri, la principal fuente de electricidad del país. El país se quedó sin luz por unas cuatro horas, el tiempo que se demoró en restituir el servicio, aunque algunos sectores de la capital y el interior del país amanecieron sin electricidad. El Gobierno de Nicolás Maduro atribuye el apagón a un ataque externo.

Para los venezolanos se han hecho habituales los apagones, luego de una crisis eléctrica que tiene más de una década, en la que se han aplicado racionamientos, reducido horarios de funcionamiento de grandes establecimientos e incluso apagado las vallas publicitarias de las ciudades. En el silencio de esta madrugada se escucharon las plantas eléctricas, con el irritante smog que emanan por la combustión del gasoil y que también se ha vuelto parte de la cotidianidad en algunos sectores de clase media que se han blindado para enfrentar las recurrentes interrupciones del servicio. Muchos centros de salud públicos en Venezuela, sin embargo, carecen de estos equipos de contingencia.

El vicepresidente de Obras Públicas y Servicios de Venezuela, Néstor Reverol, informó en el canal estatal VTV que estaban llevando a cabo labores para recuperar el servicio, que todavía presenta fluctuaciones de la corriente. “La experiencia acumulada en el combate de la guerra eléctrica permitirá la recuperación del sistema”, dijo Reverol. “Nuevamente quienes se ensañaron en el 2019 arremeten contra nuestro pueblo, sobre todo en estas fiestas decembrinas”.

El funcionario se refiere al gran apagón que vivió Venezuela entre el 7 y el 12 de marzo de 2019. Entonces, Maduro acusó a Estados Unidos de organizar los ataques que dejaron en blackout al país por cinco días, como recrea el cómic animado recientemente lanzado por los medios oficiales que muestra al mandatario como Súper Bigote, un superhéroe que logra restituir la electricidad que unos villanos cortaron desde la Casa Blanca. Es la narrativa recurrente del Gobierno para justificar las graves fallas de infraestructura y servicios que vive el país petrolero por la falta de mantenimiento, los malos manejos y la corrupción.

En 2013 fueron militarizadas todas las instalaciones eléctricas y declaradas zonas de seguridad, para evitar estos supuestos ataques que siguen ocurriendo. La gerencia de este tipo de servicios también pasó a manos de militares, desplazando a los técnicos, como ocurrió con PDVSA y otras empresas estatales.

Las deficiencias en el servicio de energía son una de los factores que ponen cuesta arriba la recuperación económica que empuja actualmente el Gobierno. Expertos han reiterado que el sistema eléctrico nacional no soportaría un aumento en la capacidad industrial sin hacer mejoras. Es una condición en la que insistido el empresariado agrupado en patronales como Fedecámaras para reactivar el país luego de ocho años consecutivos de caída de su PIB.

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