¿Tiempo? Sobra, pero el calendario aprieta. Me explico. Llevo semanas leyendo e, incluso, escribiendo lo malitas que están las cosas en esto del fútbol por Bilbao. Nos duelen las derrotas del Athletic y sufrimos por no poder ayudar en San
Mamés. El ambiente es pesimista, y está caldeado. Pero hay que darle la vuelta al calcetín.
Hay que alegrar la cara, aunque llevemos mascarilla. Cuenta atrás, ultimátum, todo o nada, destitución, definitivo, ansiedad, rodar cabezas… Buff, hoy he decidido ejercer de abogado del Diablo. Demasiado heavie. Todo un obús. Vamos, mundo fútbol al más puro estilo tabernario.
Y vender periódicos, que también. Palabras sonoras, concluyentes, que atraigan lectores. Polémica. Aficionados contra directivas, técnicos y jugadores. Contra todo el que se mueva. Cambiemos por un día la perspectiva. Son solo ocho jornadas, y pese a que es cierto que los rojiblancos no han jugado gran cosa y han sufrido cierta impotencia creativa, castigada con varios errores atrás, tampoco han sido inferiores a nadie como para ser tan negativos.
Eso sí, de aquí al final de año, los partidos se amontonan y los rivales se encarecen. Hay que reaccionar ya, ganar consistencia y resolutividad ante el marco rival y desterrar errores en el propio. Hay tarea.
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