Y Saúl volvió a sonreír

Y Saúl Ñíguez volvió a sonreír. El jugador del Atlético de Madrid, que reconoció hace una semana que no estaba pasando por un buen momento mentalmente, marcó el segundo gol del conjunto colchonero frente al Sevilla.

El canterano lo estaba pasando mal. Lo está. Él fue el primero en reconocer que el equipo estaba funcionando bien sin su presencia y que le tocaba trabajar para recuperar su sitio. Y en esas está. Frente al Sevilla, saltó al campo pasada la hora de juego en lugar de Lemar. Y poco después, volvió a ver puerta mucho tiempo después.

Porque Saúl no marcaba desde el 30 de junio, cuando hizo dos tantos, ambos de penalti, en la visita al Camp Nou. Obviamente, era su primer gol de una temporada que no está resultando nada sencilla para él.

Recibió de Marcos Llorente en la frontal del área, se acomodó y con la zurda, la puso junto al palo, imposible para Bono.Un grito de tabia retumbó en el Metropolitano.

Saúl celebró el tanto por todo lo alto. Lo necesitaba. Y la dedicatoria fue especial. Porque cogió el balón de la portería y se lo metió por debajo de la camiseta, a la altura de la tripa. Va a ser padre. De una niña. Y llevaba tiempo queriendo celebrarlo así.

Un gol que sirvió para que el Atlético cerrara el choque ante el Sevilla para ampliar su ventaja respecto a sus perseguidores (cuatro al Madrid y siete al Barcelona, y todavía con dos partidos menos) y que ayudará al ilicitano a recuperarse.


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