Zorionak!!!

Un Athletic épico escribe cuando menos lo esperábamos una de las páginas más brillantes de su centenaria historia. El Athletic derriba a dos transatlánticos del fútbol actual dando un zas en toda la boca a quienes con oportunismo defienden que con nuestra filosofía es imposible competir. Estos días no se les oye.

Llena de orgullo y satisfacción, que diría el otro, ver a nuestros txikis hinchando el pecho con su camiseta zurigorri. Ese es el mayor triunfo. El cuestionable fútbol actual, podrido por intereses económicos y el trasiego de jugadores, sin vinculación emocional con el club que les paga y menos aún con sus aficiones, hace de la gesta de nuestro Athletic un mensaje que trasciende más allá de Vizcaya.

Da aún más vigencia a su rasgo diferencial frente a quienes se adhieren a unos colores buscando éxito y victorias. ¿Cómo sentirte representado por jugadores que provienen de los lugares más dispares del mundo, están de paso y por dinero, y no han crecido en tus calles ni son parte de tu pueblo?

Más vigente que nunca una de las frases que dejó para el recuerdo Jose Iragorri: “No ser del Athletic, una oportunidad perdida”. Sobre todo para los de aquí.

No me extiendo más, pero que nadie dude que nuestra filosofía no es ninguna debilidad, sino posiblemente nuestra mayor fortaleza. Hay miles y miles de equipos, fotocopias entre sí. Solo uno distinto: el nuestro. Tenemos una riqueza no comprable que nadie más atesora y que por desgracia algunos no aciertan a valorar y liquidarían si pudieran.

Ojo, no se necesita ganar títulos para engancharse a este Club y refrendar porqué seguimos nuestro propio camino en un detestable mundo de mercadotecnia e intereses económicos, donde el aficionado es sólo un medio para engrosar la cuenta de resultados.

Centenario

Esta semana no solo se ha ganado nuestra tercera Supercopa, también se han cumplido cien años del nacimiento del añorado Telmo Zarra. Sin discusión posible, uno de los miembros de la Santísima Trinidad en la historia de nuestro Athletic junto a Piru Gainza y al mayor mito vivo que nos queda, el Txopo.

Escuchar relatos, anécdotas acerca de cuanto Telmo significó no sólo en lo deportivo, con gestas innumerables, sino también por su otra vertiente humana, la del caballero en el campo, la del crack que respetaba al rival, capaz de lanzar fuera el balón antes que marcar a un rival lesionado, gratifica al extremo.

Cómo no retornar al recuerdo del niño que acudía a su tienda de deportes a comprar un balón, unas zapatillas de deporte o un uniforme del Athletic con la esperanza de poder verle en la tienda. Eran otros tiempos, otro fútbol, otros ídolos. Es sumamente importante, pues será nuestro principal legado, hacer llegar a nuestros jóvenes nuestra historia, la historia de un fútbol que mientras se conservó puro nos tuvo a la altura de los mejores. Nuestro orgullo debe siempre ser lo que somos, no lo que ganamos.

Ciertamente ha sido una colaboración que brota del corazón, de las lágrimas de emoción de estos días, de los inolvidables momentos vividos el domingo junto a otro joven socio al que dejaré el testigo, el relevo. He querido dejarme llevar por aquello que permanece siempre a flor de piel y que en momentos como este aflora con virulencia. Espero os haya gustado; sino, al menos disculpadme.

¡Qué suerte haber aprovechado la oportunidad, Jose! ¡Qué orgullo ser del Athletic! Si nada se tuerce, aquí en siete días.


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