Dos restaurantes del área de Los Ángeles se vieron obligados a cerrar porque algunos de sus clientes no quieren obedecer las órdenes de usar mascarillas e incluso en un ocasión agredieron a uno de sus trabajadores.
Los establecimientos de Hugo’s Tacos estuvieron abiertos durante la pandemia provocada por el coronavirus, pero esta vez por la irresponsabilidad de unos pocos, se han visto obligados a cerrar por unos días, esperando que todos aprendan la lección.
“A uno de mis empleados le tiraron un vaso de agua por decirle a una persona que se pusiera máscara”, dijo Navor Díaz, gerente de Hugo’s Tacos.
Empleados de un Trader Joe’s en North Hollywood obligaron salir del establecimiento a una clienta por no traer puesto un cubrebocas. Pero ella asegura que tiene una condición médica.
Eso es lo que han tenido que soportar algunos empleados de restaurantes por clientes enojados porque no quieren obedecer las órdenes impuestas por el condado a todos los negocios.
Esa actitud de unos pocos está afectando a muchos, y por tal motivo, dos establecimientos de Hugo’s Tacos, uno en Atwater Village y otro en Studio City, se vieron obligados a cerrar por algo que pareciera muy simple.
“Una razón es por la seguridad de nuestros empleados y el acoso que han recibido últimamente por gente que no quiere ponerse máscaras”, dijo Díaz.
Para los trabajadores de restaurantes, pedirle a los clientes que usen máscaras y guarde el distanciamiento social no es una opción, es una orden del condado. De lo contrario, pueden ser multados o les pueden clausurar su negocio.
“Es algo sencillo, pero la gente piensa que está en su derecho de no tener una máscara y obviamente eso afecta a los empleados porque tenemos los empleados que seguimos todas pautas del departamento de salud”.
Lo que están pasando estos restaurantes no es un caso aislado, muchos otros negocios han vivido situaciones similares con clientes que se enojan cuando les recuerdan que están operando en medio de una pandemia.
Autoridades de Salud Pública recomiendan el uso de mascarillas de tela para evitar desarrollar complicaciones por causa de las intensas temperaturas.
“Es ridículo, no es justo. Nomás están haciendo su trabajo, se están tratando de cuidar solamente, porque tienen familias”, dijo Carlos Vargas, un cliente.
Por ahora estos dos restaurantes piensan abrir en una semana siempre y cuando los clientes acaten las órdenes.