¿Debería darse la temporada por finalizada?



Con la que está cayendo a nivel mundial, parece grotesco ponerse a hablar de cuándo debe regresar el fútbol. A todos nos gustaría que la epidemia vírica terminase cuanto antes para poder volver a la normalidad, por llamarlo de alguna manera, pero eso parece ser una utopía. Los organismos responsables del fútbol están buscando soluciones al respecto. Es su obligación. Se habla de Ligas y Champions ‘exprés’, quién sabe si con o sin público, y de modificar el calendario de la próxima temporada a costa de exprimir -una vez más- a los futbolistas. Pero en este panorama incierto y con escenarios tan cambiantes que nos está tocando vivir, quizás lo mas sensato sea dar por concluida la temporada. No sería justo en lo deportivo y las pérdidas económicas serían cuantiosas, pero anteponer estos intereses a la salud de todos sería una auténtica temeridad. Mejor asumir cuanto antes el ‘game over’ en este curso y ponerse a trabajar ya para el siguiente.

La grave crisis que ha provocado la pandemia de coronavirus se está llevando todo por delante. Miles de vidas humanas, millones de puestos de trabajo y una economía que entrará más pronto que tarde en una recesión nunca antes vista. Por todos es sabido que el mundo del deporte en general y el del fútbol en particular no son ajenos a está circunstancia excepcional, una situación sin precedentes en la historia que obliga a todos los actores implicados a recurrir a medidas drásticas para minimizar los efectos en la medida de lo posible, dando prioridad siempre a la salud.

Así las cosas, uno de los escenarios que menos podría perjudicar tanto la economía de los clubes como el desarrollo de las competiciones es el de acabar la temporada, aunque sea tarde ajustando al máximo el calendario. Cuando las circunstancias y las autoridades lo permitan, aunque sea en verano y retrase el arranque de la próxima, la temporada debería finalizar.



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