Un vecino de la localidad gallega de Monforte ha convivido con el cadáver de su madre durante una semana al no darse cuenta de que había fallecido. El hombre, que tiene unos 70 años, sufre una enfermedad mental. La mujer fue encontrada el 18 de agosto, después de que la policía pidiera ayuda a los bomberos para entrar en la vivienda, ya que el hijo no les abría la puerta.
El caso que ha sobrecogido a Galicia
La fallecida es Dolores González Casanova, que el mismo día en el que la policía encontró su cuerpo sin vida habría cumplido 94 años. Era natural de A Pobra de Brollón, donde vivió hasta hace dos décadas. Tras jubilarse, se mudó con su marido y su hijo a Monforte. Hace años enviudó, y desde entonces vivían ella y su hijos solos.
A pesar de su avanzada edad, la mujer se valía por sí misma, cuidaba de su hijo y salía de casa con frecuencia a hacer la compra. Sin embargo, los vecinos aseguran que las últimas veces que le vieron estaba más fatigada de lo normal, e incluso tenía que sentarse unos minutos en un banco para recobrar fuerzas y cargar las bolsas del supermercado de vuelta a casa, según recoge ‘La Voz Galicia’.
Mantenía una relación muy cordial con los vecinos. Al contrario, su hijo tenía un comportamiento errático y en ocasiones se mostraba agresivo, aunque no hay constancia de que protagonizara ningún altercado violento de gravedad.
La primera en darse cuenta de la ausencia de Dolores fue una de sus vecinas, Sonia. El hijo de la fallecida le pidió el día 16 que le ayudara a acostar a su madre. A Sonia esto le extrañó mucho, y a la mañana siguiente llamó a la Policía Nacional.
Ese día, los agentes acudieron al domicilio en cuatro ocasiones, pero el hijo no le abrió la puerta. Al día siguiente, volvieron acompañados de los bomberos y de una ambulancia.
Una vez entraron en la vivienda, no hallaron signos de violencia. La autopsia reveló que la mujer había fallecido de muerte natural. El hijo se dio cuenta de que su madre le pasaba algo, pero pensaba que tenía frío y encendió un calefactor junto al cuerpo.
El pasado domingo, Dolores fue enterrada en la más estricta intimidad familiar en su localidad natal, A Pobra do Brollón, y su hijo ha sido ingresado en la unidad psiquiátrica del hospital de Calde (Lugo).
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