El Gipuzkoa Basket necesita una metamorfosis

Una victoria en nueve partidos, cinco jornadas sin ganar y derrotas con resultados abultados dibujan un panorama desolador para el Acunsa Gipuzkoa Basket. Marcelo
Nicola no se cansa de demandar un cambio de actitud, pero las jornadas pasan y la mejoría apenas se percibe. Hoy frente al Joventut (12.30 h.) el equipo vuelve a tener una oportunidad para mostrar sus progresos, aunque lo delicado de su situación clasificatoria hace que las victorias comiencen a ser más que necesarias pese a que la distancia con los puestos de permanencia no es amplia.

El equipo donostiarra seguirá sin poder contar por segunda semana consecutiva con Will
Magarity, lo que reduce la rotación interior y otorga un papel más protagonista a Radoncic, que tuvo buenos momentos en Málaga.

Encontrar una mayor regularidad en su juego, una mayor consistencia y competitividad, sobre todo en las segundas partes, será clave para poder frenar a un Joventut que parece estar saliendo del bache en el que se sumió hace unas semanas tras el brote de coronavirus en la plantilla que le obligó a estar 16 días parado. Poco a poco ha ido recuperando el ritmo competitivo y a jugadores importantes como Ribas y Tomic.

Ambos son precisamente las principales novedades del Joventut en la convocatoria para el partido de hoy del que se caen los bases Arturs
Zagars y Nenad
Dimitrijevic, que siguen siendo baja.

Ribas reaparecerá después de un mes fuera de las pistas por una rotura muscular en los isquiotibiales de su pierna derecha, mientras que el pívot croata no jugó por el coronavirus los dos partidos disputados esta semana en la Eurocup ante el Bahcesehir y el Partizán, saldados ambos con derrota.

La vuelta de Ribas permitirá a C

arles Duran
disponer de dos bases, ya que ante turcos y serbios solo tuvo uno, Ferran
Bassas, teniendo que recurrir en algunas momentos del partido al israelí Shawn
Dawson para dirigir al equipo.

No cabe duda de que la vuelta de los dos exjugadores del Barça incrementan notablemente el potencial del equipo verdinegro, tanto en ataque como en defensa. No es desde luego la mejor noticia para un Acunsa Gipuzkoa Basket que, en todo caso, debe mirarse a sí mismo porque con la imagen ofrecida en sus últimos compromisos será imposible competir en ninguna cancha y ante cualquier rival. Hace falta que Faggiano dé un paso adelante en la dirección; que Span, que ha mostrado algunas señales de recuperación, esté más acertado en sus lanzamientos; que Francis sea más determinante en su juego; que Radoncic gane en consistencia o que Echenique, faro en ataque, sea más agresivo en defensa.

De lo contrario, el club, dentro de sus posibilidades, deberá tomar medidas ahora que se vienen las ventanas de las selecciones y que el equipo no volverá a jugar un partido hasta el 6 de diciembre cuando el GBC visite el Buesa Arena.


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