Reparto de bombonas de butano el año pasado en Dajla, en el Sáhara Occidental.

El gran capital internacional se resiste a entrar de lleno en el Sáhara Occidental

Reparto de bombonas de butano el año pasado en Dajla, en el Sáhara Occidental.
Reparto de bombonas de butano el año pasado en Dajla, en el Sáhara Occidental.

Marruecos lleva lustros extendiendo una alfombra roja para todo el capital extranjero que desee invertir en el Sáhara Occidental. Quien llega se ve libre de impuestos y de trabas burocráticas. Pero los acuerdos comerciales y pesqueros entre Marruecos y la Unión Europea corren el riesgo de verse definitivamente anulados por la justicia europea. Y el Frente Polisario advirtió este domingo de que las empresas extranjeras que contribuyan al “saqueo” de este territorio deben cesar su actividad “de forma inmediata”. El embajador en Argelia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Abdelkader Taleb, indicó a este diario por teléfono que su organización tiene los medios para saber quién está “lucrándose” con los recursos del Sáhara Occidental y está dispuesto a impedirlo.

La mayoría de los inversores españoles en el Sáhara Occidental son pequeños empresarios, según diversas fuentes consultadas por este diario. El embajador aclara que el tamaño de las empresas no importa. “Lo importante es que estos empresarios aventureros son cómplices de la expoliación”, asegura Taleb, que advierte de que su organización utilizará “todos los medios jurídicos” para hacer respetar la ley en el Sáhara Occidental. Y precisa: “También tenemos derecho a utilizar la lucha armada, como todo pueblo colonizado. Marruecos se ha beneficiado para enriquecerse del cese el fuego decretado en 1991. Ya no vamos a permitir que siga haciéndolo. Ni Marruecos ni las empresas extranjeras cómplices”.

Un observador internacional que conoce de cerca las inversiones extranjeras en Marruecos informó a este diario de que algunas empresas de tamaño medio y grande sí han efectuado consultas a los funcionarios españoles sobre la posibilidad de invertir en el Sáhara Occidental. “Pero lo han hecho de manera exploratoria y ninguna ha terminado lanzándose. Las que están en el Sáhara Occidental son, en realidad, sociedades marroquíes con un español al frente. Creo que no debe haber ninguna empresa española como tal, con la matriz en España y su filial allí”, añade.

Un empresario español afincado en el Sáhara Occidental indica con la condición de anonimato, que la opción de fundar una empresa marroquí implica muchas ventajas para el inversor extranjero a la hora de contratar al personal. Y añade que, por el hecho de estar asentado en el Sáhara Occidental, se ve exento de abonar la TVA (Taxe Valeur Ajoutée), el equivalente al IVA. “Ni siquiera estamos obligados a hacer la declaración de la renta. No obstante, hacer la declaración puede servir a la hora de pedir un crédito. Y si te sale a pagar, después hay una oficina en Agadir donde te exoneran”.

“Tierra de oportunidades”

El empresario citado relata que llegó tras la crisis de 2008 en España y que desde entonces las cosas le han ido muy bien. “Y eso se lo debo a Marruecos. Aquí no me pidieron ningún tipo de alineamiento con su política, ni he oído que se lo hayan pedido a nadie”. Este inversor está convencido de que el Sáhara Occidental es una “tierra de oportunidades”. “A una empresa europea le basta con copiar lo que ya funcionaba en Europa hace 15 años. Lo traes al Sáhara Occidental, y vas a ganar dinero, seguro”.

Las facilidades que concede Marruecos para invertir en el Sáhara Occidental no han logrado hasta el momento atraer ni a medianos ni a grandes inversores españoles. El empresario citado reconoce ese hecho y aporta varias explicaciones: “El capital es miedoso, por definición. Además, en España el Frente Polisario está muy bien visto. Y traer gente aquí no es fácil. Es otra cultura y está lejos de tu país. Aquí no te puedes tomar fácilmente una cerveza después de trabajar”.

El empresario cita el caso de un inversor español que quiere asociarse con un marroquí para comerciar con harina de pescado. “El hombre está intentando traer a dos técnicos de España a Dajla. Para convencerles pretende alquilarles apartamentos en Gran Canarias. Para que puedan salir al menos una semana cada mes”.

El Tribunal General de la Unión Europea emitió el 29 de septiembre dos sentencias donde ordenaba la anulación de los acuerdos de comercio y pesca entre Marruecos y la UE, tal como había reclamado el Frente Polisario. El tribunal alegó que no se puede comerciar con los productos de un país que la comunidad internacional no reconoce como parte de Marruecos. Y añade la obligación de consultar al Frente Polisario como representante del pueblo saharaui.

Los embajadores de los 27 países miembros decidieron la semana pasada recurrir las sentencias ante el Tribunal de Justicia de la UE, máxima instancia judicial europea. Este órgano puede estudiar el recurso durante uno o dos años. Mientras tanto, se mantendrán vigentes los acuerdos comerciales y pesqueros. El Frente Polisario sigue manteniendo el “estado de guerra”.

Nadie tiene hoy en día la certeza de que el tribunal de justicia europeo no vaya a anular definitivamente los acuerdos comerciales y pesqueros con la UE. Pero es algo que no entra en la cabeza del citado empresario español afincado en el Sáhara Occidental: “Ni siquiera los saharauis que conozco aquí le dan importancia a la sentencia”, concluye.

Este inversor prefiere pensar en “las oportunidades” que ve a la vuelta del camino. Cita como ejemplo evidente la construcción del gran puerto logístico de Dakhla Atlantique, a 70 kilómetros al norte de Dajla, cuyo comienzo de obras está previsto para el próximo año. “Aquí vendrán a trabajar más de 2.000 personas. La advertencia del Polisario no es más que un brindis al sol”, augura.

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