El viejo titular cobra actualidad en Gasteiz

Mendizorroza fue una fiesta de marcado color albiazul. El rojiblanco, a modo y manera de lo acontecido dos semanas atrás en Anoeta, quedó relegado a un segundísimo plano. Y no fue por el empeño que puso el cerca de millar de seguidores del Athletic presente en el estadio gasteiztarra.



Un partido a la hora de la comida que apuntaba a un posible ‘bocado’ de tres puntos lejos del Botxo, acabó en indigestión en el tiempo del descuento. Los leones lo intentaron. Los babazorros, bien acompañados por su entusiasta hinchada, lo consiguieron.

“El Deportivo Alavés tira de orgullo en el derbi”. Esta fue la réplica del ‘Heraldo Alavés’ distribuida por el propio club babazorro por los distintos asientos de Mendizorroza. Una crónica correspondiente a un partido disputado frente al Athletic, Atlético de Bilbao según el texto original, en la jornada 16 de 1954. Los leones, reza el mencionado relato, “ya aventajaban en dos tantos a los hombres de Manuel Echezarrate. Markaida y Artetxe fueron los autores de los goles”.

“Ya en la segunda parte, espoleados por su afición, los vitorianos neutralizaron marcador mercé a dos fogonazos de Primi y Wilson. Todo ello en poco más de cinco minutos”, continuaba esta crónica de aquel ya lejano 2-2.

Aficionados en la grada
Aficionados en la grada

Quedaba por comprobar la posible correlación entre este viejo relato y el nuevo, el de ayer mismo. La alegría albiazul fue aún mayor que entonces. Esta vez la remontada fue completa y sirvió para derrotar a los leones. Hacerlo además de una manera cruel para los bilbaínos, puesto que el 2-1 llegó en el tiempo de descuento. Sin margen, por tanto, para la reacción.

La afición de Mendizorroza, comparaciones posteriores al margen, estaba entregada desde mucho antes de que el balón empezara a rodar. Sus pitos, con el campo todavía a medio llenar, al sonar la alineación rojiblanca por la megafonía del estadio impidieron escuchar con nitidez los nombres de los leones elegidos por Gaizka Garitano para la ocasión. El de Mateu Lahoz, en cambio, sonó sin réplica alguna.

Aficionados en Mendizorrotza
Aficionados en Mendizorrotza

Las quejas respecto al arbitraje, sin embargo, fueron por barrios una vez que el balón empezó a rodar. El Athletic se quejó, con razón, antes del descanso por un penalti, discutible por lo menos de Yeray a Aleix Vidal, y una amarilla a Ximo Navarro que bien pudo ser roja. La afición gasteiztarra, tras varias decisiones del colegiado que perjudicaron a los de Asier Garitano, optó por cantar a coro aquello de “que malo eres, Mateu que malo eres”. Algo a lo que se sumaron, cómo no, los seguidores rojiblancos desplazados hasta la capital alavesa.

Aitor Elizegi, como suele ser habitual en los desplazamientos del Athletic, fue uno de los primeros en comparecer a ras del césped. El presidente estuvo rodeado en esta ocasión por muchos de sus directivos. Los jugadores llegaron a Mendizorroza un poco más tarde.

Las caras de unos y otros, en cualquier caso, no tuvieron nada que ver en comparación con las de la salida. La preocupación por la mala racha liguera del Athletic empieza a hacerse visible. Lo de contraer más o menos méritos para conseguir mejores resultados empieza a sonar a excusa mientras transcurren las jornadas y de mirar hacia Europa se empieza a echar un vistazo hacia la zona baja. Increíble, pero cierto.


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