Los antiguos clientes de Bankia no podrán hacer transferencias en línea el próximo fin de semana


La nueva CaixaBank empezó a tomar forma a finales de marzo con la retirada de la imagen corporativa de Bankia. Pero vivirá uno de los momentos más críticos del proceso de fusión este fin de semana, cuando el nuevo banco culmine su integración tecnológica. La migración de los datos de los 7,4 millones de clientes de Bankia provocará que dejen de funcionar tanto la aplicación que utilizan sus usuarios como la plataforma informática que hasta el viernes dará servicio a sus oficinas. A causa de ese trasvase de información, los antiguos clientes de Bankia verán cómo, a partir de las tres de la tarde del viernes (cuando cierren las oficinas) y hasta buena parte del domingo (la previsión es que entre la tarde y la noche se reanude el servicio), los programas que usan no se actualizarán. Esto les impedirá hacer determinadas operaciones, como transferencias, ya sea mediante Bizum o a través de los traspasos corrientes entre cuentas.

Sí podrán sacar dinero de los cajeros automáticos o pagar con sus tarjetas, ya sea en comercios físicos o en línea. Los dispositivos de cobro de los establecimientos también trabajarán con normalidad, básicamente porque estos ya están conectados a la red de CaixaBank. El lunes, el banco ya operará tecnológicamente como una única entidad y no como dos, como está funcionando actualmente. Los antiguos clientes de Bankia ya solo mantendrán una diferencia con los del resto de la entidad: sus tarjetas físicas seguirán siendo las mismas hasta que caduquen o las extravíen.

Tras acomodar a sus nuevos clientes en los productos financieros que más se asemejaban a los de Bankia, CaixaBank ha continuado durante las últimas semanas una campaña de carteo con sus clientes para advertirles del proceso que sufrirán durante este fin de semana. La intención es que el lunes todo funcione con más o menos normalidad, pero con cambios evidentes. La plantilla que trabajaba en oficinas de Bankia lo harán con la plataforma utilizada en CaixaBank y, si bien los antiguos clientes de Bankia podrán entrar en la aplicación de Bankia, esta no estará actualizada desde el viernes y ya no podrán operar. Si quieren hacerlo, tendrán que hacer uso de la del banco comprador, con las mismas claves que tenían hasta entonces.

Desde el banco consideran que el traspaso de información no debería ofrecer problemas, como ha sucedido en otras operaciones: una de las más conocidas es el fiasco en el cambio de plataforma tecnológica del británico TSB cuando se lo quedó Banco Sabadell, en 2018. Pero la operación, la mayor que se realiza en España (la fusión generará el mayor banco con negocio en el país), supone la migración 2.500 millones de documentos digitalizados (DNI, contratos, firmas, recibos o correspondencia varia). En total, 10,4 petabytes. O, lo que es lo mismo, 45 veces lo que almacena Spotify para ofrecer música a sus suscriptores.

Pese a que los primeros problemas visuales (la no actualización de los datos bancarios, por ejemplo) se producirán por la tarde del viernes, los usuarios de las plataformas de Bankia podrán notar procesos más lentos (de dos a tres horas) a partir del jueves, cuando se empiece a preparar la migración. El estreno en las aplicaciones de CaixaBank, una vez estén listas, requerirá de los mismos controles de seguridad y de tener el teléfono móvil al lado. En las últimas semanas se ha intensificado la campaña en la entidad para asegurarse de que contaban con el número de teléfono correcto. Si no es así, si bien se podrán consultar saldos, no se podrán ordenar transferencias o realizar otro tipo de gestiones.


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