Pato: "No fui el mejor jugador del mundo, pero estoy en paz conmigo mismo"

Pato: "No fui el mejor jugador del mundo, pero estoy en paz conmigo mismo"

Alexandre Pato, todos asociamos ese nombre con el gol del brasileño en el Camp Nou a los 24 segundos de empezar el encuentro. El que fuera el Golden Boy de 2009, repasó su vida en una carta autobiográfica en The Players Tribune, donde hace un resumen de su vida futbolística,  y como vivió el ascenso, pero sobre todo como tuvo que lidiar con la gran caída, del que iba a ser una de las grandes estrellas del fútbol.

Actualmente tiene 33 años y disputa su tercera temporada en el Orlando City de la MLS, después de pasar por São Paulo, Tianjin Tianhai, Villarreal, Chelsea, Corinthians y Milan, donde despuntó siendo un joven de apenas 20 años. “Empecé a soñar demasiado. Aunque todavía estaba trabajando duro, mi imaginación me estaba llevando a todo tipo de lugares. En mi cabeza ya tenía el Balón de Oro en la mano. No puedes evitarlo.” 

Pato en la celebración del gol en el Camp Nou

Fuentes propias

Tras una gran explosión tras su llegada a Europa, Pato tuvo un rendimiento muy irregular marcado por las lesiones, que según la prensa, venían por una falta de profesionalismo del brasileño. “Luego, en 2010, comencé a lesionarme todo el tiempo. Perdí la confianza en mi propio cuerpo. Me asusté de lo que la gente diría de mí. Entraría en el entrenamiento pensando que no puedo lesionarme .Estaba lesionado pero no decía nada, no quería defraudar al equipo. Quería complacer a todos. Ese fue uno de mis defectos. La gente esperaba que marcara 30 goles por temporada, pero ni siquiera podía entrar al campo. Podía manejar que otros dudaran de mí. ¿Cuando la duda viene de dentro? Eso es diferente.

Después de despuntar en el Milán, volvió a Brasil para tratar de recuperar su mejor versión, pero las lesiones siguieron maltratando mental y físicamente al jugador carioca. “Viajé por el mundo. Vi a todos los médicos que valía la pena ver, y algunos más. Un tipo en Atlanta me hizo colgar boca abajo mientras me daba vueltas. ¿Diagnóstico? Mis reflejos no estaban alineados con mis músculos. Un médico en Alemania me inyectó un líquido por toda la espalda; al día siguiente estaba caminando por el aeropuerto de Munich encorvada por el dolor. Otro médico me clavó 20 agujas todas las mañanas y todas las noches. Podría seguir así para siempre. No sabes cuánto lloré, temía no volver a jugar al fútbol nunca más.”

Pato junto a Ronaldinho y Gattuso en su etapa en el Milan

Pato junto a Ronaldinho y Gattuso en su etapa en el Milan

Agencia

Cuando cambió São Paulo por Corinthians la suerte le volvió a sonreír, conoció a un doctor que le volvió a poner en forma y le ayudó con las lesiones, hizo una gran temporada anotando 26 goles y su vuelta a Europa estaba cada vez más cerca. No sin antes ponerse a toda la afición del Corinthians en contra, ya que falló un penalti en los cuartos de la Copa do Brasil por tirarlo a lo panenka. “Sí, fue un penalti terrible tuve toda la culpa. Viajaba por São Paulo con guardaespaldas armados y un carro blindado con bombas lacrimógenas. Los fanáticos que irrumpieron en nuestro campo de entrenamiento tenían bates y cuchillos. Fue aterrador. Pasaron cosas que no tienen cabida en el fútbol.”

Tras esa buena temporada, pese al terrible final, se le volvieron a abrir las puertas de Europa, y apareció el Chelsea de Guus Hiddink, otra aventura que sería decepcionante. Solo participó en 2 partidos en medio año. “Pensé que el Chelsea me prestaría seis meses y luego ficharía por tres años. No me di cuenta de que podían decir que no después del préstamo. ¿Si hubiera sabido? hubiera ido a otro lado. Fue una pena, porque estaba entrenando muy bien y el entrenador solo me jugó dos veces. Nunca entendí por qué.

Pato en su etapa en el Chelsea

Pato en su etapa en el Chelsea

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Después de un curso en el Villarreal, donde no hizo un mal papel, anotando 6 goles, decidió poner rumbo a China para jugar en el Tianjin Tianhai, una etapa que le sirvió para madurar y crecer personalmente. “Cuando fui a China, rompí con mi novia y me mudé allí con un amigo. ¿Por qué? Para conectarme con mi yo interior. Nunca había tenido tiempo de mirar el panorama general. Ahora estaba como, espera un minuto… ¿Qué me gusta? ¿Qué me importa? Empecé a centrarme en la salud mental y las relaciones. Asumí la responsabilidad de todos los aspectos de mi carrera, el ‘niño maduró’. 

Pero al acabar contrato, el ‘niño’ que tenía dentro volvió a salir. “Pero luego me fui por el camino equivocado. Fui a Los Ángeles. Quería el mejor hotel, el mejor coche, las mejores fiestas. Terminé en este lugar donde una chica estaba esnifando coca junto a mí. De repente yo estaba como, ¿Qué estoy haciendo aquí? Esto no era lo que yo quería. Era un mundo vacío.”

Situación que fue el detonante para que Pato diese el último paso para crecer como persona, darse cuenta de lo que quería y lo que no, y aceptar que ese camino no era el suyo. “Así que vuelvo a Brasil y le envío un mensaje de texto a una vieja amiga, Rebeca. ‘¿Quieres pasar el rato?’ Tomamos un café y en cuestión de segundos estoy como, sí, esto es lo que quiero. La próxima vez que la veo, dice: ‘Vamos a ir a la iglesia’. Hombre, fue una revelación. La Biblia tenía todas las respuestas que estaba buscando. Volví la cabeza hacia el cielo y dije: ‘Señor, ya no quiero esta vida’. Ese día mi vida cambió para siempre.”

Por lo que después de su retorno a São Paulo, el brasileño lleva 3 años jugando en Orlando, sabiendo administrar mejor las emociones y siendo más maduro con la edad. “Desde entonces he vivido en una realidad diferente. Cuando fui a Orlando y me lesioné la rodilla el año pasado, podría haberme derrumbado. Al día siguiente decidí volver más fuerte. ¿Podría mi carrera haber sido diferente? Con seguridad. Pero es fácil mirar hacia atrás y decir lo que debería haber hecho. Cuando estás allí, no ves el panorama completo. Entonces, no me arrepiento. Mira el lado positivo, hombre. Estoy en forma. Mi salud mental es excelente. Sigo enamorado del fútbol.”

Pato durante su presentación con el Orlando FC

Pato durante su presentación con el Orlando FC

Agencia

Por lo que después de un ascenso estelar, una caída en picado, una vuelta a Brasil, el retorno frustrado a Europa, madurar en China, volver a caer en la fiesta y finalmente estabilizarse en Orlando, Alexandre Pato a sus 33 años es feliz. “A medida que envejeces, te das cuenta de lo que te hace feliz. Cuando me fui de casa, pensé que el fútbol tenía todo lo que quería. Fui a Italia, Inglaterra, España, China. Sufrí, lloré, grité de dolor. Siempre estaba solo. Tal vez no me convertí en el mejor jugador del mundo. Pero, déjame decirte algo. Tengo una relación increíble con mi familia. Tengo una esposa a la que amo. Estoy en paz conmigo mismo. A mi modo de ver, tengo un gran Balón de Oro. Si la vida es un juego, he ganado.”




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