Peligro: vuelve González González

A 650 kilómetros de distancia, el peligro será similar a si estuviera a la vuelta de la esquina. En una sala, rodeado de monitores, sin la presión del ausente público y con toda la libertad del mundo para actuar, José Luis González González vigilará a la Real en Cádiz desde el habitáculo reservado en Madrid para el VAR. El árbitro, retirado de la acción dentro del terreno de juego, se dedica desde esta temporada al sistema de videoarbitraje. Toda una amenaza para la Real, que le ha sufrido en sus propias carnes con una crudeza considerable.

González
González es el árbitro que no vio falta en la grave lesión que se produjo Díaz de Cerio contra el Eibar en Segunda, cuando se rompió la tibia y el peroné. Es el árbitro que expulsó a Carlos
Martínez aquella fatídica noche mientras Juanma
Lillo se retorcía de dolor en el suelo, víctima de un botellazo. Es el árbitro que declinó señalar el clamoroso penalti de Mascherano a Vela en el Barça-Real de las semifinales de Copa en 2014, enseñando luego la tarjeta roja a Iñigo
Martínez por protestar. Y es el árbitro que perpetró el escándalo en el Bernabéu, cuando Keylor
Navas lesionó para siempre a Agirretxe. Aquella tarde, Yuri también fue objeto de un penalti que González
González tampoco pitó. Es el mismo árbitro que hizo perder los papeles a un Jokin Aperribay que montó en cólera: “¡Habéis venido a robarnos, os voy a poner una querella a la policía!”.

La designación arbitral del Cádiz-Real de este domingo no es menos polémica. Javier Estrada Fernández perjudicó a la Real contra el Madrid el pasado junio. En su precedente con los txuri urdin de esta misma campaña, también hubo moviola por un agarrón de Le Normand a Sanabria. El Betis protestó la acción.


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