¿Qué son y cómo se forman las cordilleras?

Las cordilleras se pueden definir como formaciones rocosas en las que habitan todo tipo de especies animales y vegetales. Seguro que tú también has oído hablar del Himalaya y de los Andes, pero, ¿alguna vez te has planteado cómo se han formado? Lo cierto es que se trata de un proceso muy complejo, teniendo en cuenta que una cordillera es un conjunto de montañas enlazadas entre sí que se extienden sobre una determinada superficie natural.

¿Qué tipos de cordilleras existen?

Lo primero y más importante es conocer los diferentes tipos de cordilleras que existen:

  • Perioceánicas: surgen por la compresión de sedimentos que tienen su origen en la subducción de una placa continental con otra placa oceánica. Uno de los mejores ejemplos que existen es el de la cordillera de los Andes, una de las más importantes y conocidas de todo el mundo.
  • Intercontinentales: son aquellas que se producen por una enorme colisión entre dos placas tectónicas. Por lo general, son las cordilleras más altas de todas, como por ejemplo la del Himalaya.
  • Intracontinentales: y, por último, las que se forman en el interior de las propias placas tectónicas por la acumulación de sendimentos. Por ejemplo, los Pirineos.

Proceso de formación de las cordilleras

Para entender cómo se forman las cordilleras hay que hacer ilusión al concepto conocido como orogénesis. Se conoce como tal al proceso mediante el cual las cordilleras se forman o rejuvenecen debido al movimiento y a la acción de las diferentes placas tectónicas.

Los desplazamientos hacen que se acumulen grandes sedimentos en los bordes continentales, dando así lugar a montañas de varios miles de metros de altura. En este proceso intervienen una gran cantidad de factores, como el viento o el agua, que moldean las montañas de forma constante en el tiempo.

Curiosidades del Himalaya

Ahora que conocemos cómo se forma la cordillera, merece la pena saber una serie de curiosidades del Himalaya, la más conocida de todas a nivel global.

El monte principal es el Everest, con 8.848 metros de altitud sobre el nivel del mar. Lo que más llama la atención de todo es que se sigue elevando. Los cálculos realizados por expertos señalan que crece unos 20 milímetros al año. Por lo tanto, es un monte vivo, en el que se producen multitud de eventos geológicos, como movimientos de tierra.

Aunque su origen data de hace 70 millones de años, el Himalaya es una cordillera joven en términos geológicos.


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