“Acceder a los estadios puede suponer hasta diez años en la cárcel”. La sentencia, por sorprendente que parezca, era veraz hasta hace unas pocas horas. Sucedía en Irán, donde desde hace 40 años las mujeres tenían prohibido acudir a los estadios de fútbol bajo pena de prisión. No obstante, el panorama ha dado un giro radical.
Ayer jueves se celebró el partido en el estadio Azadi de Teherán entre Irán y Camboya de la fase de clasificación del Mundial 2022 en el que, por fin, se abrió las puertas a las mujeres. Hasta ahora, las seguidoras en Irán no podían presenciar partidos de fútbol entre hombres debido, según las autoridades del Estado Islámico, al lenguaje soez que usan los hinchas y para evitar ver a los jugadores con pantalón corto e incluso, en el peor de los casos, sin camiseta.
En el portal de la República Islámica se deja bien claro que es ‘haram’ que las mujeres vean el brazo o las piernas de los hombres que no sean sus ‘mahram’, es decir, “hermano, padre, hijo o marido”.
La norma era estricta hasta que el pasado 10 de septiembre tuvo lugar un serio detonante que encendió las alarmas en el ámbito de la FIFA. Una aficionada iraní que se había disfrazado de hombre para acudir a un partido de fútbol fue descubierta, y tras ser amenazada con entrar en prisión, decidió quitarse la vida como protesta tras quemarse a lo bonzo. La noticia dio la vuelta al mundo y puso en alerta a la FIFA, que se ha volcado en derribar esta enésima barrera en el fútbol.
Venta de localidades por Internet
El año pasado ya se abrió las puertas a las mujeres en Irán en un par de ocasiones, aunque tan solo acudieron algunos centenares de ellas, ya que se hizo la elección por invitación. En esta ocasión, se ha permitido la venta de entradas por primera vez a todas las aficionadas. “La estrategia de la FIFA es presionar desde el respeto, pero con fuerza”, señalaba días atrás el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
Pese a todo, a la hora de la verdad no han pasado desapercibidas una serie de restricciones. Se pusieron a la venta a través del portal de ventas pin90.ir un total de 3.500 entradas en un estadio con capacidad para 78.000 espectadores, una cifra insuficiente para las organizaciones de derechos humanos que ya ha sido calificada de “discriminatoria, engañosa y peligrosa”.
Una usuaria publicó un dibujo que representaba a las mujeres apretadas en un espacio pequeño de las gradas, mientras que otra dijo haber comprado por primera vez una entrada con 36 años: ”Demasiado tarde”, escribió en sus redes sociales.
Vallas separadas de los hombres
Se han colocado además vallas adicionales para separar a hombres y mujeres, un asilamiento que ha levantado polémica, y se ha situado la entrada de las mujeres lo más separada posible de los aparcamientos. Una comisión de la FIFA, formada por responsables en derechos humanos, estará presente durante el partido a fin de supervisar la seguridad de un encuentro que aspira a acabar con la última barrera en el fútbol.
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