Tres mujeres protestaban ante el Supremo el día 2. En los carteles reivindican el voto para restaurar el derecho al aborto.Eric Kayne (AP)
Los demócratas y los republicanos han medido sus fuerzas cuando ya han transcurrido dos años de Joe Biden en el poder. Los estadounidenses han acudido a las urnas para renovar los 435 asientos de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 senadores. Los comicios legislativos de mitad de mandato generalmente se traducen en malas noticias para los ocupantes de la Casa Blanca, quienes ven cómo sus partidos son castigados. Bill Clinton perdió 54 congresistas en 1994. En 2010, Barack Obama vio reducido el bloque de su partido en 63 asientos. En el caso contrario pasa igual. Los republicanos perdieron 40 asientos en 2018, cuando la Administración de Trump cumplió dos años. El martes, sin embargo, Biden parece haber salido bien parado, ya que se creía que una ola roja iba a barrer con un mandatario que cuenta con una baja aprobación en las encuestas. Los republicanos comieron terreno a los demócratas en el Congreso, pero no tanto como se pensaba, y con una dura batalla de por medio. Los conservadores se han colocado en buena posición para controlar la Cámara de Representantes, pero la lucha por el Senado parece lejos de concluir el 8 de noviembre.
En medio de una descarnada batalla política, los derechos de las mujeres se colaron entre los temas prioritarios de la jornada. Como se esperaba, el aborto se ha colocado en la mente de los votantes en los primeros comicios después de la revocación en junio de Roe contra Wade, el antecedente que convirtió en constitucional ese derecho. Las demócratas movilizaron a muchos electores con el tema, que incluso estuvo presente en las papeletas en cinco Estados. Estas son algunas claves que ha dejado la jornada electoral en EE UU [cuyos resultados puede seguir aquí en directo].
Cámara de Representantes
Hasta esta madrugada, los republicanos habían arrebatado a sus contrincantes siete asientos en la Cámara baja, controlada por los demócratas desde 2019. La cifra mágica para controlarla es 218. Ambos partidos estaban aún lejos de este número. Aun así, el congresista republicano Kevin McCarthy, quien se convertiría en el líder de la mayoría si los conservadores triunfan, mostró un enorme optimismo. “Cuando se despierten mañana, seremos mayoría y Nancy Pelosi será historia”, señaló McCarthy a sus seguidores en Bakersfield, California. Su buena cara se debía a un puñado de plazas, entre ellas un distrito de Nueva York, que los republicanos conquistaron anoche y que Biden ganó hace dos años por 17 puntos. También se hicieron con cuatro distritos en Florida, y el político prometió barrer en Iowa. “Son ganancias históricas… estamos expandiendo este partido”, subrayó. A pesar de esto, los demócratas resistieron el embate en lugares donde se pensaba que iban a ser borrados, especialmente en Ohio, Carolina del Norte y el sur de Texas. “La ola roja no sucedió. Los republicanos y los independientes se quedaron en casa. No se quejen de los resultados si no hacen su parte”, escribió en Twitter Mayra Flores, una republicana de Texas que buscaba volver a Washington y fracasó en el intento.
El Senado
La configuración de la cámara alta se juega en una decena de contiendas. De estas dependía romper la igualdad a 50 senadores entre demócratas y republicanos, y donde la vicepresidenta Kamala Harris puede romper el empate con su voto. Los demócratas consiguieron a la medianoche una de las batallas más codiciadas de la jornada. Fue en Pensilvania, donde John Fetterman se impuso a Mehmet Oz para suplir un escaño que estaba en manos de los republicanos. Fetterman sobrevivió a un derrame cerebral y ha ganado una cerrada contienda por 200.000 votos (con el 91% escrutado). La composición del Senado está a la espera del recuento en Nevada, Arizona y Georgia, tres puestos que pertenecían a los demócratas. Les basta con conservar dos de ellos, pero habrá que esperar. Parecen ir por delante en Arizona, aunque el recuento allí es lento y posiblemente polémico. En Nevada, Catherine Cortez Masto, la única senadora latina en Washington, ha advertido de que los resultados se conocerán “en varios días”. En Georgia será aún peor: el demócrata Raphael Warnock iba a la cabeza frente a Herschel Walker por solo 31.000 votos (con más del 95% escrutado), pero en principio no ha superado el 50% que se exige allí, así que su escaño se disputará en segunda vuelta el próximo mes.
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Estas fueron las primeras elecciones tras la derogación del emblemático fallo de Roe contra Wade por parte del Supremo. La decisión de la mayoría conservadora del Tribunal movilizó a decenas de miles de votantes en todo el país. Esto se notó particularmente en la contienda en Michigan, donde la gobernadora Gretchen Whitmer buscaba reelegirse con este tema entre sus prioridades. Los votantes le dieron la razón. Además, Vermont se convirtió en el primero que protege desde su Constitución la interrupción del embarazo en su Constitución. Los votantes del Estado aprobaron un referendo que protege los derechos de las mujeres de las prohibiciones que un eventual Congreso en manos de los republicanos pretenderían imponer a nivel nacional. Otras tres entidades votaron resoluciones similares: California, Michigan y Montana. En un cuarto, Kentucky, las organizaciones en favor del aborto seguían de cerca un referendo donde también se preguntaba a los votantes si el Estado debía asumir un veto total a la interrupción del embarazo.
Los negacionistas
Aunque los demócratas tuvieron un mejor desempeño del que se esperaba, los republicanos que han puesto en duda las elecciones y los resultados de hace dos años también consiguieron victorias importantes. Según un recuento de The Washington Post unos 150 candidatos negacionistas habían triunfado hasta esta medianoche. La mayoría de estos estarán en la Cámara de Representantes, un sitio que fue testigo del asalto del 6 de enero de 2021. Entre quienes reniegan de los resultados de hace dos años se encuentran el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien salió reforzado tras una robusta victoria; el senador Rand Paul, de Kentucky, y Greg Pence, por Indiana, hermano del vicepresidente de Trump, Mike Pence. Otros candidatos que han servido de altavoces a teorías del complot sin fundamento o mentiras han perdido. Destacan principalmente Doug Mastriano, quien buscaba ser gobernador de Pensilvania, y Kari Lake, una expresentadora televisiva de Arizona, quien fue apoyada por Trump.
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