Levy, el negociador más duro, se cruza otra vez con el Real Madrid

Otro verano más -aunque este ya terminando- que Real
Madrid y Tottenham tienen que lidiar en los despachos. Esta vez, y no como en anteriores ocasiones que ocurría a la inversa, es el conjunto blanco el que quiere vender y el inglés el quiere comprar.

Sin embargo, las complicaciones son las mismas, los dirigentes también los mismos y eso, aunque parezca una ventaja, resulta más bien lo contrario.

Y es que Daniel Levy, el dueño del conjunto londinense, es conocido en la Castellana por su dureza a la hora de negociar. De hecho, con el propio Bale ya son sabedores de lo que es capaz de hacer pues fue él quien en 2013 no dejó marchar al jugador hasta la última hora del mercado de fichajes.

Pero es que un año antes, con Luka
Modric, también tuvo una cuota importante de protagonismo. El croata de hecho tuvo que negarse a jugar y pedir lo que en Inglaterra se conoce como el Transfer
Request para que le dejaran hacer las maletas.

Gareth Bale
Gareth Bale

No tuvo tanta suerte Christian
Eriksen. Que tenso la cuerda para no renovar y así rebajar el precio para que el Madrid cometiera el fichaje a un menor precio y acabó desestimando la opción blanca y marchándose al Inter de Milán donde no cuenta en demasía para Conte.

Papeles cambiados

Ahora, como señalamos, la situación es bien distinta pero, a parte de querer a Bale en sus filas y trabajar para ello, Levy también sabe del deseo del Real Madrid en deshacerse del galés y ‘juega’ con ello. Por eso ofrece pagar la mitad del sueldo del jugador y salir ganando en una operación en la que el Real
Madrid lo que no quiere es seguir perdiendo una cantidad ingente de dinero mientras el jugador no cuenta para Zidane.

Así pues, las negociaciones apuntan a ser duras. Hasta el 5 de octubre -fecha en la que se cierra el mercado- todo puede pasar pero lo cierto es que no tiene pinta de que la situación se resuelva demasiado pronto.


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