Una imagen de Tucker Carlson y otros presentadores de Fox News, en la sede de la compañía en Nueva York en 2019.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)
Un litigio por difamación contra Fox News, el gran altavoz mediático de los republicanos, está sacando a la luz el verdadero estado de opinión de los trabajadores de la cadena televisiva, líder en horario de máxima audiencia, respecto de las acusaciones de fraude electoral propaladas sin fundamento por Donald Trump en 2020. El mal perder del expresidente republicano arrastró al estandarte mediático de la derecha más allá del bien y del mal o, cuando menos, por encima de la comprobación de datos. De las declaraciones del magnate Rupert Murdoch, propietario de la cadena, se infiere que muchos de los voceros de Fox News propalaron a sabiendas de su falsedad las mentiras de Trump, aunque luego se lamentaran en privado, como Tucker Carlson, el telepredicador estrella, que en cinco ocasiones transmitió mensajes negativos sobre el republicano (“Le odio apasionadamente”, escribió en mensaje una de las veces). Murdoch se ha preguntado incluso si la cadena no fue demasiado lejos en su cobertura electoral.
La filiación trumpista salpica a toda la cadena, en una polémica incrementada además por la exclusiva concedida por el portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, a Carlson, a quien proporcionó más de 41.000 horas de grabaciones inéditas de las cámaras del Capitolio durante el asalto de una horda de seguidores de Trump el 6 de enero de 2021. La emisión de los primeros vídeos, a comienzos de semana, ha vuelto a poner a Carlson en el disparadero.
Documentos judiciales de la demanda presentada en 2021 por la empresa de máquinas de votación Dominion Voting Systems contra Fox News, describen los nervios en el seno de una redacción en apuros a la hora de abordar las afirmaciones de Trump de que las elecciones fueron robadas. El resultado es una profunda fisura entre presentadores y opinólogos -en muchos casos ambos perfiles coinciden en la misma persona- y personal profundamente escéptico ante las acusaciones de Trump e incluso ante la desinformación en que habría incurrido la cadena al dar por ciertos algunos hechos dudosos.
En un intercambio privado de mensajes de texto dos semanas después del día de las elecciones, Tucker Carlson y sus compañeros presentadores de prime time Laura Ingraham y Sean Hannity mostraban su malestar por que la cadena fuera la primera en conceder la victoria en Arizona a Joe Biden la misma noche de las elecciones, una decisión que enfureció a parte de la muy conservadora audiencia. “Dedicamos nuestras vidas a construir una audiencia y dejaron que Chris Wallace y el jodido Leland Vittert la destrozaran”, escribió Carlson, refiriéndose a la información suministrada aquella misma noche por dos colegas que ya no forman parte de la empresa. Otro extrabajador, que era jefe de la oficina de Washington el día de las elecciones, ha definido como “crisis existencial” de la cadena lo sucedido aquellos días. “En los 22 años que estuve vinculado a Fox, esto es lo más cercano que he visto a una crisis existencial, al menos periodísticamente”, dijo el periodista durante la investigación.
El propio Murdoch ha hecho autocrítica, preguntándose en voz alta si Ingraham y Hannity tal vez “fueron demasiado lejos” en su cobertura del supuesto fraude electoral, según otro correo electrónico que consta entre las pruebas de la demanda de difamación, por la que Dominion solicita 1.600 millones de dólares. La compañía de registros de votación consideró su prestigio en entredicho por afirmaciones salidas de Fox News acerca de la supuesta manipulación de sus dispositivos para favorecer a Biden.
Imágenes inéditas
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“¿Es indiscutible que importantes voces de Fox alimentaron la historia de que las elecciones fueron robadas y el 6 de enero, una importante oportunidad de anular el resultado? Tal vez Sean [Hannity] y Laura [Ingraham] fueron demasiado demasiado lejos. Está muy bien que Sean les dijera que estaba desesperado por Trump, pero ¿qué les dijo a sus televidentes?”, se preguntaba retóricamente Murdoch en un correo.
Las 6.600 páginas de documentos judiciales publicados el martes muestran el grado de ebullición al que llegó la sala de máquinas de Fox News en la noche electoral del 8 de noviembre de 2020: por ejemplo, la precipitación en adjudicar Estados a alguno de los candidatos, como la decisiva Arizona, que a la postre se llevó Biden por unos 10.000 votos de diferencia. Los documentos muestran al coro de voces, desde altos ejecutivos hasta productores, exponiendo en común sus dudas sobre la verosimilitud de las acusaciones de fraude electoral. También sobre el efecto que la asunción de las mismas tendría sobre la reputación de la cadena.
Para atizar aún más la polémica, Fox News emitió a comienzos de esta semana algunos de los vídeos inéditos del asalto al Capitolio que el portavoz McCarthy entregó a Carlson. El presentador estrella de Fox News es una fuente de noticias “no creíble”, ha dicho la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, recogiendo las críticas de la propia Policía del Capitolio sobre la imagen “engañosa y adulterada” transmitida por la Fox de lo ocurrido aquel 6 de enero de 2021. El departamento ha advertido también de los problemas para la seguridad de la sede del Congreso que estas filtraciones podrían provocar.
Jean-Pierre se ha hecho eco también de anteriores críticas lanzadas desde dentro de la propia cadena de noticias, en las que se señala que los programas de Carlson “no son fuentes creíbles de información”. El Partido Demócrata ha ido más allá, acusándole de sumergirse “en las profundidades de las aguas de la conspiración” para hacer creer al público que el asalto del Capitolio no fue violento, y apuntado asimismo a McCarthy por compartir esas imágenes, que han sido solicitadas en vano por buen número de medios estadounidenses. La Fox seguirá emitiendo el material inédito a lo largo de los próximos días.
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