En octubre, Josh Wardle, un ingeniero de software de Brooklyn, lanzó Wordle. Este juego, que consiste en adivinar una palabra oculta de cinco letras, ha enganchado a millones de usuarios en apenas unos meses y ha llenado Twitter de cuadros grises, amarillos y verdes. Pero tiene un gran inconveniente que, a su vez, probablemente sea una de las claves de su éxito: solo se puede jugar una vez al día. Para aquellos a los que dedicar solo unos minutos de su tiempo no sea suficiente, existen muchos otros juegos que también acumulan miles de usuarios.
Wordle en otros idiomas
Wordle no solo está disponible en castellano. De hecho, la versión oficial creada por Wardle es la inglesa. Tras su éxito, el pasatiempo ha sido adaptado a muchos idiomas. Por ejemplo, se puede jugar en otras lenguas que se hablan en España como el catalán, el gallego o el euskera. Y para quienes sepan o quieran aprender también otros idiomas, hay mucho donde elegir: del inglés al japonés, pasando por el italiano, el alemán, el portugués, el chino o el francés.
Si este juego le resulta demasiado fácil y habla inglés, una opción interesante es Absurdle. Sus creadores lo definen como la “versión contradictoria” de Wordle. El objetivo es el mismo: adivinar una palabra de cinco letras, pero, en este caso, el sistema no quiere que el usuario gane bajo ninguna circunstancia, por lo que cambia la palabra en cuestión para que falle todo lo posible.
“Wordle elige una sola palabra secreta al comienzo del juego y luego tienes que adivinarla. Absurdle da la impresión de elegir una sola palabra secreta, pero lo que hace en realidad es considerar la lista completa de todas las posibles palabras secretas que se ajustan a tus conjeturas hasta el momento”, afirma su creador. A diferencia de lo que ocurre en Wordle, en este pasatiempo los intentos son infinitos. La mejor puntuación posible es de cuatro intentos: “Y, sí, ha sido obtenida por muchas personas diferentes”.
Para los amantes de las matemáticas
También hay una variante idónea para aquellos usuarios que prefieren los números a las letras. Nerdle es un juego inspirado en Wordle que consiste en adivinar en seis intentos una operación matemática. En esta ocasión hay ocho huecos para rellenar con números —del 0 al 9— y símbolos —suma, resta, multiplicación y división—. Si en Wordle hay que averiguar una palabra recogida en el diccionario, en Nerdle hay que introducir una operación matemática correcta.
El color de las casillas indica si los números están presentes y bien situados. La web cuenta, además, con un modo para personas daltónicas. Una vez resuelto el misterio, también es posible compartir los resultados. Si de primeras este juego resulta un poco complicado, hay una opción algo más sencilla: basta con pulsar en ajustes y clicar en mini Nerdle. Al hacerlo, el pasatiempo pasa a tener seis columnas en vez de ocho.
En colores para los nostálgicos de Mastermind
A muchas personas Wordle les habrá recordado a Mastermind, un juego de mesa para dos personas lanzado en la década de 1970 y cuya finalidad es adivinar una secuencia de cuatro colores. Tras cada intento, se indica al usuario cuántos colores ha posicionado bien y cuántos están presentes en la combinación, pero no están en el lugar que les corresponde. Al igual que en Wordle, en este caso hay un número limitado de intentos. En la actualidad es posible jugar a este pasatiempo de forma online o a través de aplicaciones para el móvil.
Este juego también inspiró otras versiones; es el caso de las aplicaciones Electronic Master Mind o Adivina la clave. En lugar de adivinar combinaciones de colores, ambas alternativas consisten en averiguar un código numérico. Por ejemplo, en el caso de Adivina la clave, la combinación puede ser de entre cuatro y ocho cifras según el nivel seleccionado. La aplicación indica con un tic verde cuántos números están colocados en una posición correcta y con una exclamación amarilla cuántos forman parte del código secreto, pero están mal colocados.
Haz tu propio Wordle
Existen infinitas alternativas a Wordle: de las aplicaciones pensadas para adivinar una palabra a partir de varias imágenes a otras más clásicas como el ahorcado, las sopas de letras o el Scrabble. Pero si todas estas opciones se quedan cortas, cada uno puede crear su propio juego. Algunas webs permiten escoger una palabra y compartir el pasatiempo con amigos, aunque también se puede hacer de forma mucho más rudimentaria: basta con buscar a un amigo, coger papel, boli y unos subrayadores verdes y amarillos, y dibujar la tabla y las letras.
En el confinamiento de 2020, mi madre y yo ya jugábamos al wordle. Lo llamábamos “palabritas” y era mucho más difícil porque no indicábamos cuál era la letra acertada. Me siento como si de repente todo internet me hubiera robado algo. pic.twitter.com/6ZZbl8MoWl
— Macarena Gil de la Puerta (@GildelaM) February 2, 2022
Quizá al jugar surjan nuevas versiones. De hecho, antes de que existiera Wordle, algunos usuarios ya habían ideado pasatiempos similares. “En el confinamiento de 2020, mi madre y yo ya jugábamos a Wordle. Lo llamábamos ‘palabritas’ y era mucho más difícil porque no indicábamos cuál era la letra acertada”, explica en Twitter Macarena Gil de la Puerta, profesora de lingüística y creadora del podcast Con la lengua fuera. En su juego, solo se utilizan emojis de dos colores: blancos ―para indicar que algunas letras están en la palabra, pero mal situadas― y negros ―cuando hay letras que están bien colocadas―.
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